"Si no amamos a los pobres, negamos a Dios"
Una
Iglesia buen pastor para los pobres
"Los
fallecidos vuelven a ser más de cuarenta: hombres, mujeres y niños. Esta vez el
sepulcro es el mar entre Túnez e Italia"
"Y
el verdugo, una frontera por la que sin dificultad pasan a Europa las riquezas
de África, y por la que no pueden pasar los pobres de África"
"Con
nuestras opciones políticas, con nuestras opciones ideológicas, los que nos
decimos creyentes hacemos mentiroso a Dios. Para nuestra fe adormecida,
reducida, deformada, es como si Dios no tuviese hijos en África"
"Los
pobres necesitan que en sus caminos la Iglesia sea una presencia real del buen
pastor, Cristo Jesús. Y nosotros necesitamos sacarnos de encima el peso del
escándalo de estar haciendo mentiroso a Dios"
22.04.2021 Santiago Agrelo
Los
fallecidos vuelven a ser más de cuarenta: hombres, mujeres y niños.
Esta
vez el sepulcro es el mar entre Túnez e Italia.
Y
el verdugo, el que hundió en el mar la pequeña embarcación llena de humanidad
herida, no fueron, como la fuente de información insinúa, las malas
condiciones, el sobrepeso y las condiciones climáticas adversas, con lluvia,
fuertes vientos y gran oleaje; el verdugo está desde siempre en tierra firme, a
un lado y otro de esa línea que separa África de Europa, una frontera por la
que sin dificultad pasan a Europa las riquezas de África, y por la que no
pueden pasar los pobres de África.
Transcribo
palabras que oiremos proclamadas el próximo domingo en todas las iglesias de
Europa: “Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su
misericordia… te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación”.
“Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos!” “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas… yo
doy mi vida por las ovejas”.
Suenan
bien, suenan normales, suenan consoladoras, suenan luminosas… Pero escúchalas
ahora, Iglesia madre de pobres, escúchalas proclamadas en esa barcaza que se
hunde... Y esa palabra, que es normal en nuestros ambones, allí, entre hombres,
mujeres y niños que mueren aterrorizados, suena a burla, suena a sarcasmo…
"Con
nuestras opciones políticas, con nuestras opciones ideológicas, los que nos
decimos creyentes hacemos mentiroso a Dios"
Para
nuestra fe adormecida, reducida, deformada, es como si Dios no tuviese hijos en
África, como si los pobres no fuesen hijos de Dios.
No
caemos en la cuenta de que, si Dios no tiene esos hijos, no tiene ninguno.
Pero
el hecho es que los tiene, y que precisamente ésos, porque son últimos, son
para él los primeros, porque son los más necesitados, son para él los más
llorados, los más añorados, los más esperados.
Y
eso que son para Dios, eso que son para el buen pastor que por ellos da la
vida, eso han de ser para nosotros porque son nuestros hermanos.
Los
pobres necesitan que su grito de dolor resuene ampliado en nuestras iglesias,
en nuestras instituciones, en nuestra conciencia cristiana.
Los
pobres necesitan que la Iglesia, la comunidad de los fieles y cada uno de
ellos, ungida por el Espíritu Santo, sea esperanza para ellos, sea salvación
para ellos, sea evangelio para ellos.
Los
pobres necesitan que en sus caminos la Iglesia sea una presencia real del buen
pastor, Cristo Jesús.
Y
nosotros necesitamos sacarnos de encima el peso del escándalo de estar haciendo
mentiroso a Dios pues negamos su bondad si los pobres no la reconocen en
nosotros; negamos su misericordia si los pobres no la encuentran en nosotros;
negamos su amor acogedor si nosotros no los acogemos; y lo hacemos sordo a las
necesidades de los últimos si nosotros no los escuchamos .
Si
no amamos a los pobres, negamos a Dios.
Feliz
comunión con Cristo Buen Pastor.
Feliz
domingo, Iglesia cuerpo de Cristo Buen Pastor.
Tomado
de Religión Digital