A VOLEO
Martín Valmaseda
Hoy
les voleamos sobre
nuestras cabezas o
nuestras mesas una palabra
que no viene
del griego pero si, lejanamente del
latín, es uno de
esos juegos de los
que se dice,
como del ajedrez,
que es demasiado reflexivo para llamarlo juego
y demasiado intranscendente para
llamarlo ciencia. Les
vamos a hablar del PUZZLE.
La palabra puzzle (rompecabezas)
proviene del inglés puzzle, derivado del verbo latino ponere, que nos dio
poner, disponer, exposición, positivo, impostor.
Pues ya saben: a
los niños pequeños se les da
para jugar algo parecido
que como son
piezas grandes de cartón y
cuadriculadas el
ROMPECABEZAS que sirve además para construir figuras, también para intentar “romperse la cabeza” cuando los pequeños
se impacientan y terminan
lanzando las piezas como
proyectiles en batalla
campal.
Pero vamos a hablar del puzzle clásico: el de
niños grandes, jóvenes o adultos
que terminan siendo, cuando los
terminan, auténticas obras de
arte, que bien pegadas, se
quedan inmóviles en la pared
como cuadros de famosos pintores o
paisajes artísticos.
Y para profundizar en el simbolismo del puzzle… déjenme soltarles una frase filosófica
La humanidad entera y todo el universo son como un puzzle bien difícil de montar.
Imagínense que…
antes de que existiera nada de la creación, la
nada era simplemente
un gran cartón sin
fronteras, sin formas ni
colores. De pronto aparecen las manos de Dios con unas tijeras infinitas Dios creador las
mete en el cartón de la
nada y empieza a cortar
y recortar (no olviden que el
cartón de la nada es infinito) y
empiezan a salir de las
tijeras de Dios astros, estrellas,
satélites, planetas, y junto a
esos seres le salen
al creador seres
microscópicos, y seres más
grandes,(dicen los sabios que empezó
la creación con una explosión:
el “big bang” pues
yo les digo en mi teoría, que la
explosión sonaba con el
“ triki- triki” de las divinas tijeras.
Y
así siguieron saliendo
otros seres y otras
piezas, como muñequitos que se movían… y, según
Dios recortaba y recortaba le iba gustando cada vez más porque
“vio Dios que era bueno” aquello que
estaba haciendo…
Y
de pronto Dios se detuvo y se quedó mirando aquellas
piezas, piecitas y piezotas y
se dijo: “ahora tengo
que colocar todo este rompecabezas para que
unas piezas encajen con las otras. Empezó a colocarlas de modo
que unas dieran vueltas en torno a otras y a juntarlas en
galaxias y sobre
la tierra puso muchos bichos que le
habían salido. Ahí vino
el problema, porque unas piezas
móviles se comían unas a otras,
como en el ajedrez y sobre
todo las que el creador
había llamado humanos, se
juntaron unas con otras
y crearon reinos, y países y
no había manera de juntarlas
porque se peleaban.
Los
puzzles que hacen los
humanos es más o menos fácil juntarlos según
su forma y color y se están quietos
donde los colocan, pero
las figuras que Dios recortó con
sus divinas tijeras, cometió el error
de recortarlas móviles. No se
están quietas y además las hizo
con sonido. Se gritan y se engañan unas a otras. Desde
hace varios siglos
Dios creador de este puzzle esta triste
y no sabe cómo componer
ese puzzle tan difícil que le ha salido, ya hasta
las piezas recortadas del divino
puzzle se hacen cada vez
más intratables. Ni siquiera se ponen de acuerdo en
cómo se llama al divino
recortador que las hizo.
Les
pido por favor a todos los que lean
esto, que se dejen
colocar según cómo el cortador divino de las piezas las ha dado
una u otra forma, de manera
que se haga su voluntad, la del
divino cortador así en la
tierra, ese planeta rebelde como en el
cielo, todo el universo, que compartamos
todos el pan que nos parte
cada día y nos perdonemos como él nos perdona; no nos peleemos, encajemos unas piezas
con otras y así quede el puzzle
libre de todo mal. Amén