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27 de mayo de 2021

EL ROMPECABEZAS (PUZZLE), palabras a voleo

 

A VOLEO 

Martín Valmaseda


Hoy  les  voleamos  sobre  nuestras  cabezas  o  nuestras mesas   una palabra  que  no  viene  del  griego  pero si, lejanamente  del  latín, es  uno  de  esos  juegos  de los  que  se    dice,  como  del  ajedrez,  que  es demasiado  reflexivo para llamarlo  juego  y  demasiado  intranscendente  para  llamarlo  ciencia.  Les  vamos a  hablar  del PUZZLE.


La palabra puzzle (rompecabezas) proviene del inglés puzzle, derivado del verbo latino ponere, que nos dio poner, disponer, exposición, positivo, impostor.

Pues  ya saben: a  los niños pequeños  se les  da    para jugar  algo  parecido  que  como  son  piezas grandes de cartón y  cuadriculadas  el ROMPECABEZAS   que   sirve además   para construir  figuras, también para intentar  “romperse la cabeza”  cuando  los pequeños  se impacientan  y  terminan  lanzando  las piezas    como  proyectiles  en  batalla  campal.

Pero  vamos a hablar  del puzzle clásico:  el  de niños grandes, jóvenes o adultos   que  terminan   siendo, cuando  los  terminan,   auténticas obras  de  arte, que bien  pegadas,  se  quedan  inmóviles  en la pared  como  cuadros  de famosos pintores  o  paisajes artísticos.



Y para profundizar en el  simbolismo del  puzzle… déjenme  soltarles una frase filosófica

La humanidad entera y todo el universo  son  como un puzzle bien  difícil de montar.

Imagínense  que…   antes  de  que existiera nada de la  creación, la  nada  era  simplemente  un  gran  cartón sin  fronteras,  sin  formas ni  colores. De pronto  aparecen  las manos de Dios con unas  tijeras infinitas Dios  creador las  mete en el  cartón  de la  nada y  empieza a  cortar  y recortar (no olviden  que el cartón de la nada es infinito) y  empiezan a  salir de las tijeras  de Dios astros, estrellas, satélites, planetas,  y  junto a  esos seres   le  salen  al  creador  seres  microscópicos,  y seres  más  grandes,(dicen  los sabios  que empezó  la creación  con una explosión: el  “big bang”  pues  yo les digo  en mi teoría,  que la  explosión  sonaba  con el   “ triki- triki” de las  divinas tijeras.

Y  así  siguieron  saliendo  otros   seres  y otras   piezas, como  muñequitos  que se movían…  y, según  Dios recortaba y  recortaba  le iba gustando cada vez  más  porque “vio  Dios que era bueno” aquello  que  estaba  haciendo…

Y  de pronto  Dios se detuvo  y se quedó mirando  aquellas  piezas, piecitas y  piezotas  y  se  dijo: “ahora  tengo  que  colocar todo  este rompecabezas  para que  unas piezas encajen  con  las otras. Empezó a colocarlas  de modo  que unas dieran vueltas en torno a otras y a juntarlas  en  galaxias  y  sobre  la  tierra  puso muchos bichos  que  le habían  salido.  Ahí vino  el  problema, porque  unas piezas  móviles  se comían unas a otras, como  en el ajedrez y  sobre  todo las  que  el creador  había  llamado humanos, se juntaron  unas con  otras  y  crearon reinos, y  países y  no había manera de juntarlas  porque  se peleaban.

Los  puzzles  que hacen  los  humanos  es más o menos  fácil juntarlos  según  su forma  y  color y se están  quietos  donde los  colocan,  pero  las figuras  que Dios recortó con sus  divinas  tijeras, cometió el  error   de recortarlas  móviles. No  se  están  quietas y además  las hizo  con sonido. Se  gritan  y se engañan unas a otras.  Desde  hace  varios  siglos  Dios  creador    de este puzzle esta  triste  y no sabe  cómo  componer  ese puzzle tan difícil que le ha salido, ya  hasta  las piezas  recortadas del divino puzzle  se hacen  cada vez  más intratables.  Ni siquiera  se ponen de acuerdo  en  cómo se llama  al  divino  recortador que las hizo.

Les  pido por favor  a todos los  que lean  esto,  que  se dejen  colocar    según cómo el  cortador divino de las piezas  las ha dado  una u  otra forma, de manera que  se haga su voluntad, la del divino  cortador así en   la  tierra, ese planeta  rebelde  como en el  cielo, todo el universo,  que  compartamos  todos  el pan  que nos parte  cada día  y nos perdonemos como  él nos perdona; no nos  peleemos, encajemos  unas piezas  con otras y  así quede el puzzle libre de todo  mal. Amén