El cuento de WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
CAPITULO 31
YO ME APUNTO
Terminamos
el anterior capítulo cuando
Don Bruno, el papá de Willy,
cuando hablaba su
hijo de que en
el barrio de la familia hacía falta una
emisora de tipo cultural, levantó
el dedo como un estudiante
y exclamó: “yo me apunto”. Don Bruno en
su tiempo de convaleciente andaba
deprimido, aburrido y hundido.
El fracaso de la librería
junto con la enfermedad le
había bajado los ánimos.
Por eso al oírle decir eso, Paula
la mamá y la pareja
se miraron ilusionados. Willy exclamó,: “Pues fíjate que
hasta la emisora que
hiciéramos podía servir para
varias cosas, por ejemplo: hacer propaganda de los libros
que se te han
quedado almacenados sin poder vender,
educar a la gente del barrio,
informar de lo que sucede en el país,
porque muchos están en la luna…
Saltó entonces Telma e informar a la gente de la capital de nuestra lucha en Verapaz
contra las minas de zinc que nos
van a asfixiar y… y usted Doña Paula,
la veo que está muy quieta… solo sale a la calle para ir al supermercado
y tiene usted una bonita voz de locutora…
-“yo?- la
mamá puso cara
de asombro… Saltó Willy: ya se lo
he dicho yo, que con un hijo,
solo podía meterse en una
actividad.
Don Bruno
que había estado muy pasivo, puso cara de capitán general
y empezó a organizar una vida
nueva en aquella
familia. Willy agarró el celular (móvil como dicen
en España) y llamó a un
amigo que habían echado de radio Sonora. Puso
voz de cronista deportivo. Buenas tarde, señor
Victorino, le habla a usted de la nueva emisora del
barrio, La barranca de Santa Marta.
El amigo que ya había adivinado la voz de Willy, contestó: “y qué emisora es esa?”… Willy dudó un poco… pues… es…la emisora… “LIBROS A LA CALLE” que junta la lectura y la radiocomunicación. La cultura de papel y la de las ondas radiales.
El llamado
Victorino se dio cuenta de que aquello, entre
bromas iba en serio y en
20 minutos estuvo
en casa de Willy.
Doña Paula
ya había preparado una
meriendilla y lo primero
que tuvo que hacer
Willy, en aquella
reunión improvisada es explicar por qué se
le había ocurrido aquel nombre.
-“Sí dijo
porque mi papá que se
ha ofrecido para empezar esta
radio,. Vendía libros… mejor intentaba vender, pero no le compraban… y pienso que la
radio no tiene que hacer olvidar la lectura de libros…
Intervino
Don Bruno: Pero yo
no tengo experiencia en
esto, si Victorino el
amigo de Willy se junta a este invento,
el dirá como llamamos a la nueva radio y cómo
empezamos.
Victorino iba
a contestar, pero
en ese momento suena el
timbre de final del capítulo, y ¡zas! Todos se quedan callados.
Tendremos que esperar al próximo
capitulo 32 a ver cómo
sigue.
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