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8 de julio de 2021

AQUÍ... Palabras a Voleo

 

PALABRAS A VOLEO

Martín Valmaseda



Acaso  sea  la primera  vez   que    echamos a  volar sobre    ustedes, no un nombre  sino  un adverbio    de los  que matizan y centran  nuestro  diálogo.  Pero  rápidamente  vamos a traducir    ese  adverbio  por  un  nombre... o, mejor al  revés, vamos a cambiar  el nombre  por el adverbio. 

Bueno,  mejor nos  dejamos  de gramática  y vamos a lo  concreto,  el  adverbio que lanzamos  sobre  sus  cabezas  es...  AQUÍ



Me  dirán  que esos   adverbios de lugar  no  se entienden  si no usamos nuestros dedos para señalar  cuando decimos  aquí... y nos  preguntan ¿donde?  pues aquí, ¿no te digo? y  nuestro interlocutor nos mira, mira al suelo  que pisamos, mira a nuestro alrededor  y no  sabe  dónde decimos,  si  no señalamos a  un  lugar.

Seguimos con  el acertijo. 

Somos creyentes  y  empezamos a rezar:  "Padre nuestro... que  estás... aquí"

- no,  aquí  no,  en  el  cielo

- pues entonces  eso que llamamos cielo, es  aquí, y señalamos  arriba a las nubes, y abajo  en el suelo que pisamos,  y a derecha e izquierda...  y  nos señalamos a nosotros mismos, porque  Dios  está...  ¡aquí!.

Quien mejor lo  dijo  fue  Agustín  de Hipona: Dios  está  más  dentro de mi  que yo mismo.

Pero nosotros-ustedes catequistas  padres, madres en general siguen  diciendo a los niños: Cuando  vayamos  al  cielo...  y  cuando  explican a los pequeños el  Padre nuestro  no les dan más explicaciones, porque ya  saben, sabemos lo  que es el cielo.

¿O no lo  sabemos ? .  Claro es que  hemos  hablado tanto  de  que  los ángeles  están en el cielo,  de  que  Jesús subió  al  cielo y  a la  Virgen  los angelitos  empujando con sus alitas la  subieron al  cielo...  que  ahora no sabemos cómo arreglarlo.

No  hace falta... ¿o    hace  falta?

A  nosotros  seminaristas  un buen  profesor de Biblia, nos decía que nunca enseñásemos a los niños  en la  primera catequesis,  cosas  que había que  corregirlas cuando  fueran  mayores..."como  los "mitos"  de  Adán y  Eva y  descendencia, el diluvio universallos reyes  magos,   y la ballena que se  tragó al  profeta y lo  escupió  en  Nínive...

Los  mayores,  si siguen  yendo a misa después  de la primera comunión,  siguen creyendo en esos mitos a no  ser que estudien teología, o  astronomía... o cuando  tengan  12 añitos y por curiosidad  busque en YouTube  reportajes  sobre el cielo y allí no aparezcan ángeles  ni nadie ascendiendo salvo los astronautas. 

Pero  ahí siguen  los  catequistas  contando mitos a los pequeños, sin  explicarles que no son mentira, sino caminos a la verdad.

Aquí  no tengo  más remedio que copiar el cuento de Ana G. Castellanos  para explicar  que el mito, la leyenda, la fábula, la parábola no son mentiras.  Lean  esto:

LA  MENTIRA,  LA  VERDAD Y…LOS MITOS

(La fabula, parábolas, símbolos, leyendas…)



La mentira era muy atractiva, se vestía con lujosos trajes, collares, pendientes…

La verdad andaba desnuda por la vida y todos la rechazaban, la insultaban, la echaban fuera de sus ciudades.

Cuando la mentira encontró a la verdad triste, tirada al borde del camino, sintió piedad por ella (hay mentiras piadosas)  y le dijo:  “Si

que eres pobre verdad, te doy un consejo para que no te rechacen.  Tienes que arreglarte un poco mejor, ponerte elegante, no andar así por el mundo… Te voy a  ayudar”.





La mentira buscó  alguno de sus vestidos bonitos, sombreros, pendientes, collares y fue vistiendo a la verdad.



La   verdad se miró al espejo y sonrió.  Así estoy mejor.

Dio las gracias a la mentira y  se dirigió  a la ciudad  con esperanza de que la  aceptarían…

Pero  cuando se alejaba escucho la voz de la mentira:

·“ ¡Eh verdad! Un último consejo. Cuando te pregunten quién eres no les digas que eres la verdad”

·“Entonces qué les digo?”

·Diles que eres… el mito.

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(Autora Ana G. Castellano—cuentacuentos)

Comentario: esta  narración  es  para los  que  dicen  que  la  biblia y  otros  libros  “no  cuentan la  verdad”.. porque  tienen  mitos,  parábolas, cuentos…, fábulas (pero  sí, son verdades contadas  para  que la gente de buena voluntad   las  entienda)

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O sea  amigos(as)  catequistas,  maestros,  padres y madres de familia, presbíteros...

Que  volviendo  al  cielo de donde bajamos hace un rato,  vean  la manera de  decir a los jóvenes  que el cielo está   AQUÍ.

Que es  todo  el universo  con las galaxias  cuyo límite no conocen  aun  los  astrofísicos, pero  que  esta  pelotita  que llamamos  tierra también  es parte del  cielo, una  parte pequeñísima  pero es cielo y entonces podemos tranquilamente  seguir rezando.    

Padrenuestro  que estas en el CIELO pero  sabiendo lo  que decimos, sin tener que  mirar  arriba, ¡mirando a nuestro vecinos!  que también son parte  del  susodicho  CIELO.

 


 

 Martín Valmaseda