COMUNICADO
LXIII CÍRCULO DE SILENCIO DE CÁDIZ
14
de julio de 2021
Hacemos
hoy balance del primer semestre de este año 2021. Según datos ofrecidos por la
ONG Caminando Fronteras, en lo que va de año unas 2.087 personas migrantes han
muerto o desaparecido en la ruta hacia España, de las cuales 341 eran mujeres y
96 niños. La cifra de fallecidos y desaparecidos en el cruce marítimo entre
África y España se dispara un 526% con respecto al mismo periodo de 2020.
Además, la ONG advierte que, de las víctimas desaparecidas, apenas se encuentra
el cuerpo del 4% y el porcentaje de identificaciones de los mismos es aún más
bajo.
Todo
apunta hacia la crisis diplomática de España con Marruecos como uno de los
factores por el que han aumentado las muertes de migrantes en el mar. A juicio
de Caminando Fronteras, la defensa de la vida, que es obligación de los
estados, "deja mucho que desear" en el caso de nuestro país vecino.
Dicha
ONG ha denunciado que ha habido, por parte de Marruecos, una dejación de
responsabilidades en el rescate. Según declaraciones de Helena Maleno –miembro
de Caminando Fronteras- “La marina del país africano no ha asistido alertas que
han enviado pateras o la propia ONG sobre la situación de riesgo o deriva de
embarcaciones; y en el que caso de acudir, los rescates han sido bastante
negligentes".
En
España, ha indicado la activista, se necesitan "más medios aéreos" y
la entidad se une a las peticiones de Salvamento Marítimo para las mejoras de
condiciones del personal y de los medios disponibles para abordar la realidad
de la ruta canaria.
En nuestro Círculo de Silencio de hoy queremos tener un recuerdo especial y sentido para Yamila, la niña marfileña de cinco años que perdió la vida el pasado 29 de Junio. Yamila viajaba en una patera que salió del Sahara Occidental junto con otras 34 personas migrantes. Cuando un mercante que pasaba por allí procedió al complicado rescate, la embarcación llevaba unos 17 días en el mar. La pequeña Yamila y una mujer que se encontraban en muy mal estado, fueron evacuadas en helicóptero. Durante el vuelo entraron en parada cardiorespiratoria. Los enfermeros del servicio de búsqueda y rescate del Ejército intentaron reanimarlas, pero solo lo consiguieron con la mujer adulta.
Los padres de la niña Yamila viven en
Francia y no están regularizados por lo que no pudieron realizar una
reagrupación familiar “de forma legal”, así que la niña se subió a la barquilla
a cargo de una prima de la madre. El objetivo familiar era encontrarse en
Francia. Los padres han hecho un llamamiento a las autoridades españolas para
lograr un salvoconducto que les permita asistir al entierro de la niña.
Además
de Yamila y de otra mujer que quedó a la deriva, la información recabada por la
Policía revela que puede haber alrededor de una veintena de víctimas más, pues
cuando la embarcación salió de Dajla transportaba entre 52 y 60 personas.
Por otro lado, queremos denunciar hoy y
mostrar nuestra repulsa a los incendios que están ocurriendo en los
asentamientos de Almería y Huelva en los que viven, de manera infrahumana,
cientos de migrantes trabajadores temporeros. Muchos de ellos son marroquíes
que, tras acabar la temporada de trabajo, no han podido regresar a su país a
causa del cierre de fronteras por la pandemia.
También nos hacemos eco en este espacio
de reflexión y denuncia, de la huelga de hambre que están llevando a cabo en
Bruselas un grupo de migrantes indocumentados. Desde finales de mayo un grupo
de más de 400 migrantes indocumentados, reunidos en la iglesia de San Juan
Bautista en Bruselas, están sin comer. Golpeados por la dureza de la pandemia,
piden al Gobierno la regularización de su situación tras años de vivir en la
clandestinidad.
Durante el día, se turnan para estar en la puerta de la iglesia. Sus torsos desnudos son huesudos y esqueléticos, tienen el vientre hundido hasta casi parecer transparente, el rostro cubierto con prendas sucias, los pies de uno de ellos, retorcidos, parecen muñones al final de dos juncos, con los dedos crispados por los calambres. No hablan. Solo respiran postrados sobre unas mantas. Apenas les quedan energías. No paran de llegar ambulancias. Están al límite y a punto de llegar a un punto de no retorno. Mientras tanto, el gobierno mira hacia otro lado…
Nuestro
silencio de hoy es un signo de solidaridad y apoyo a los migrantes que están en
huelga de hambre. Es una denuncia a la situación en la que viven los trabajadores
temporeros y un signo de dolor por las
más de 2.000 vidas perdidas en el mar en lo que va de año.
Amigos,
comienza nuestro TIEMPO DE SILENCIO.
MESA
DIOCESANA DE ATENCION Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS
DE
CÁDIZ Y CEUTA.
“Canto a la libertad” de José Antonio Labordeta.
Un gran poeta aragonés que lucho siempre por la libertad.
Habrá un día que todos al levantar la vista veremos
una
tierra que ponga libertad
Hermano aquí mi mano será tuya mi frente y tu gesto
de siempre caerá sin levantar
huracanes de miedo ante la libertad
Haremos el camino en un mismo trazado
uniendo nuestros hombros para así levantar a
aquellos que cayeron gritando libertad
Sonaran las campanas desde los campanarios
y los campos desiertos volverán a granar
unas espigas altas dispuestas para el pan
Para un pan que en los siglos nunca fue
repartido entre todos aquellos que hicieron lo
posible para empujar la historia
hacia la libertad
También será posible que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver pero
habrá que empujarla para que pueda ser
Que sea
como un viento que arranque los matojos surgiendo la
verdad y limpie los
caminos de
siglos de destrozos contra la
libertad
Habrá
un día que todos al levantar la vista veremos una
tierra que ponga libertad………..