En un primer gesto sin precendentes
tras su toma de posesión
El arzobispo de Bogotá entrega su
palio a los mendigos
En un hecho sin precedentes en la
Arquidiócesis primada, el pastor metropolitano celebró la recepción de este
símbolo, saliendo a las periferias de los marginados a abrazar, dialogar y dar
pan a los mendigos.
Monseñor Luis José Rueda Aparicio,
tras recibir el palio, salió a las calles a compartir con los mendigos la
riqueza simbólica del símbolo recibido de manos del nuncio apostólico en
Colombia.
"El Pastor debe tener olor a
oveja, que no solo guía a su rebaño, sino que va en búsqueda", afirmó
Con un 'aguadepanelazo', (repartir
agua de panela, bebida caliente, típica bogotana), cientos de mendigos de la
ciudad, recibieron la cálida cercanía de su pastoreda
Monseñor Rueda está rompiendo ese 'miedo' de salir a la calle, al encuentro. El Papa planteó: "¿Quién soy yo para ti, que has abrazado la fe pero todavía tienes miedo de remar mar adentro en mi Palabra?"
La respuesta de monseñor José Luis
en su homilía dejó claro que "los obispos de la iglesia pastoreada por
Cristo somos su pueblo, somos rebaño, somos corderos y a la vez tenemos la
tarea que nos ha confiado"
01.07.2021 Victor Ricardo Moreno
Holguín
Mientras en Roma el papa Francisco bendecía los palios para los nuevos arzobispos, durante la fiesta de Pedro y Pablo, en Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, salía a las calles a compartir con los mendigos la riqueza simbólica del palio que recibió de manos del nuncio apostólico en Colombia.
En un hecho sin precedentes en la
Arquidiócesis primada, el pastor metropolitano celebró la recepción de este
símbolo, saliendo a las periferias de los marginados a abrazar, dialogar y dar
pan a los mendigos que duermen en las esquinas y bajo los puentes de esta fría
ciudad latinoamericana. Hace tan solo un año que el nuevo pastor viene
ejerciendo su ministerio con diversidad de signos, al mejor estilo del
Evangelio, en coherencia con el perfil de los obispos que quiere Francisco.
Luego
de recibir el palio de manos de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio
apostólico en Colombia, el pastor de los bogotanos, pronto se volcó a los
tugurios de la ciudad, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, para señalarnos
con hechos lo que en verdad simboliza este ornamento propio del Papa y de los
arzobispos metropolitanos: la lana, del que está hecho el palio, simboliza las
ovejas, y las cruces de color negro, que el Arzobispo lleva sobre los hombros y
sobre el cuello a manera de collar, simbolizan que él las carga sobre sus
hombros. “El Pastor debe tener olor a oveja, que no solo guía a su rebaño, sino
que va en búsqueda de la oveja perdida, la pone en sus hombros y la lleva de
vuelta a casa con un cariño especial”, dijo monseñor Rueda Aparicio al celebrar
su exaltación como Arzobispo.
El palio tiene la forma de un anillo con dos lenguas para manifestar que el Arzobispo por un lado, está unido al Papa y por otro lado, con todos los obispos. Y esa unidad con Francisco la manifiesta realizando los mismos gestos del este Papa ‘en salida’. Quiere, además, invitar a los demás obispos a imitar el riesgo de Pedro y Pablo, de quienes, Francisco nos recordaba que "dieron este paso y se convirtieron en testigos. No eran admiradores, sino imitadores de Jesús. No eran espectadores, sino protagonistas del Evangelio. No creyeron de palabra, sino con obras".
Con
un ‘aguadepanelazo’ (expresión que se refiere a una distribución masiva de
‘aguadepanela’, bebida caliente, típica bogotana, fruto de la caña de azúcar,
acompañada de pan), cientos de mendigos de la ciudad, recibieron la cálida
cercanía de su pastor. Ya en otra ocasión bendijo la escultura ‘Jesús habitante
de la calle’, para abrir nuestro ojos y despertarnos del letargo de la
indiferencia.
Y aunque el Arzobispo busca respetar las medidas de salubridad y distanciamiento social, se lanza a las calles a correr el riesgo existencial de entregarse como Cristo a sus ovejas, en coherencia con las palabras que pronunció en su homilía de recepción del palio: “Cristo es el Buen Pastor que conoce sus ovejas, que les habla, que las busca y que está dispuesto por amor, a entregar la vida por la salvación de su rebaño y que no quiere que ninguno se pierda”.
A
propósito de esto, el Papa sentenció una llamada a la acción: "¡Cuántas
veces decimos que nos gustaría una Iglesia más fiel al Evangelio, más cercana
al pueblo, más profética y misionera, pero luego, en la práctica, no hacemos
nada!". Monseñor Luis José está rompiendo ese ‘miedo’ de salir a la calle,
al encuentro, que tantas veces encierra a los prelados en sus palacios
episcopales.
Y
este arzobispo no solo rompe estereotipos, sino que ha creado todo un
movimiento llamado ‘Porque la fe es acción’, cuyo propósito es el de movilizar
a todos los fieles de la Arquidiócesis para aportar desde sus riquezas y
pobrezas, a las generosas obras solidarias que tiene la Iglesia bogotana.
Porque como dijo Francisco este 29 de junio, Pedro y Pablo: "No creyeron
de palabra, sino con obras, Pedro no hablaba de misión, era pescador de
hombres, Pablo no escribió libros cultos, sino cartas vividas, mientras viajaba
y testificaba".
Tomado
de Religión Digital