LA GOLONDRINA, EL DELFÍN Y EL PERRO CALLEJERO
Martín
Valmaseda
Erase una vez
tres animales que se hicieron amigos. Y
eran animales muy distintos, uno volaba, otro nadaba y otro
corría por la tierra.
Ya ven:
la golondrina un ave
que se ve en las ciudades y en el
campo. Cuentan que cuando Jesús estaba clavado en la cruz, las golondrinas le
quitaban las espinas de la corona que tenía en la cabeza. No es una
historia, pero es una leyenda bonita.
El delfín un pez
ágil e inteligente, que salta por
encima del agua y acompaña a
los barcos; es buen amigo
de las personas.
El perro callejero, es un perro
que muchos lo desprecian. No es mascota de las que llevan los amos con una correa por la calle y le dan de comer en su casa. Este perro
vagabundo es pobre y libre
y tiene que buscar la comida donde puede.
Pues aunque los tres son bichos tan distintos se hicieron buenos amigos. Les cuento cómo empezó:
La golondrina estaba volando cerca de la playa, a la orilla del mar; a veces se paraba a descansar en los cables de la luz . Pasaba por allí cerca un muchacho muy travieso y desobediente.
Era la hora
La golondrina vio al muchachito cuando le apuntaba y echó a volar.. pero ya era tarde. La pedrada le atinó en el ala.
No,
no se la comió. Lamió su
herida, parece que
el avecilla sintió que le
dolía menos el golpe, como que esa saliva
del perro era mejor que el agua
oxigenada, luego el perro agarró a la
golondrina en la boca, sin
morderla y la llevó a un bosquecillo allí al
lado.
Aquí se nos acaba
el capítulo pero así están las
cosas: El perro vagabundo, sentado entre la hierba
del bosquecillo cuidaba del pájaro
y le daba calor
con su cuerpo. La
golondrina, se recuperaba poco a poco
y en el suelo, entre la hierba
encontraba algunos gusanitos, que le
servían de comida. El
Delfín, desde el mar vió la buena acción
del perro, pero también vió
asustado que se acercaba por
allí el muchacho
del tirachinas buscando su caza. Entonces gritó
con el agudo grito de los delfines.
El perro levantó la cabeza y al
ver al matón de pájaros, se puso de pie y ladró
furioso echándose
a por el muchacho. El chico, al ver lo que se le venía encima
tiró su tirachinas
y salió corriendo.
Así llegó
la noche. Mañana sabremos cómo sigue
esta historia del perro
callejero, el delfín salvador y el pobre pajarillo apedreado.
Buenas noches.