Gustad y ved qué bueno es el Señor (salmo 33)
Dios es bueno, más que el pan.
Su corazón es un pan grande y tierno,
que se parte y se deja comer
por todos sus hijos pródigos, de bocas grandes.
Dios es bueno, más que el vino.
En su bodega encontraremos
el vino de la mejor marca,
que alegra, enciende y enamora
a todos los hijos deshidratados.
Dios es bueno, más que los besos.
Dios es mano acariciante, lluvia cariñosa,
que empapa el desierto de ternura.
Acércate a Dios, por muy pródigo que seas,
para que gustes de sus besos y caricias.
Dios es bueno, más que el amor
de los que aman apasionadamente.
Dios es un amor así de grande,
que se deja comer y se parte en rebanadas.
Haz que te sirvan una ración generosa.
Dios es bueno, como el amor,
es el amor de los que aman,
fuente y medida del amor,
abrazo y corazón del mundo.
Ama y verás y gustarás
qué bueno es el Señor.
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