Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles
(salmo 115)
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus hijos.
¿Por qué tendrán que morir?
Pobres hijos,¿ cuantos son
los que mueren ?
Los que mueren en el Calvario
interminable
de países torturados por la guerra
y el hambre;
los que mueren en el
Getsemaní inmenso
de los hospitales y las
cárceles,
de la droga y la soledad…
nuestros hermanos.
¿Nos duelen tanto como un
Dios?
Pero a Dios no se le muere
nadie.
Él los recoge a todos,
son sus hijos, uno a uno;
nadie los arrebata de su mano.
Y nosotros recojamos la
sangre,
la de Cristo y la de los
hermanos,
en un inmenso cáliz.
Cáliz de bendición,
para acabar con todas las
maldiciones
que sufrimos,
para unirnos a las víctimas y
a los mártires,
y hacer un sacramento de
solidaridad
y de esperanza.
A Dios no se le muere nadie
desde que Cristo muriera
y levantara la copa de su
sangre.
Los otros salmos