Aguas agitadas
El
Papa Francisco ha vuelto a remover las aguas. Repite, una y otra vez,
expresiones que remiten al Evangelio y al Concilio: alegría, iglesia en salida,
abierta, en diálogo, servidora, hospital de campaña, samaritana donde los
pobres y los que sufren sean su preocupación preferente, con pastores que
huelen a oveja, profética frente al sistema económico que mata… y sinodal. Sus
palabras y sus gestos vuelven a despertar esperanza en muchos creyentes.
La
convocatoria del Sínodo de los Obispos, sobre la “sinodalidad” de la Iglesia,
bien puede ser otra nueva oportunidad para ponerse en pie y lanzarse a las
profundidades del agua que nos sana a todos (agua que no es otra que el mismo
Jesucristo, Juan 4, 14). Francisco ha introducido cambios importantes, su Proyecto
Eclesial (Evangelii gaudium) parece decidido y firme. Alegra imaginar que
estamos ante el principio del fin de un largo “invierno” y a las puertas de una
nueva “primavera”.
Tomado de José María Marín Sevilla,
Religión Digital