Mientras la deserción escolar
aumenta en el país, una escuela de Esquipulas logra atraer estudiantes
Por:
Julie López, Plaza Pública
Crearon
alternativas para retener a sus estudiantes, y aumentar la matrícula, años
antes de que el Covid 19 llegara al país. Las medidas tuvieron un mayor impacto
durante la pandemia y, en 2021 tiene más alumnos que en 2019.
En
una zona montañosa de Esquipulas, Chiquimula, la Escuela Oficial Rural Mixta
Las Peñas, en la aldea Las Peñas, recibe más estudiantes desde que comenzó la
pandemia del COVID19, en contra de la tendencia nacional hacia el abandono
escolar. En 2020, el Ministerio de Educación (Mineduc) suspendió las clases
presenciales en favor de educación a distancia, en línea o con guías de
autoaprendizaje (material impreso de estudio), pero en muchas escuelas ambas
alternativas son un reto.
La
escuela en Las Peñas tiene los mismos desafíos: la mayoría de los estudiantes
no puede pagar internet y, quienes pueden, tienen acceso limitado o nulo de
señal e interrupciones en el servicio de electricidad, o no se pueden permitir
imprimir, cada semana, las guías de estudio. En Esquipulas, la pobreza alcanza
a la mitad de la población y se concentra en las zonas rurales: familias sin
servicios de salud, sin agua, sin electricidad ni educación. Allí, la deserción
crece.
La escuela en Las Peñas está a 28 kilómetros o 45 minutos en vehículo de la cabecera de Esquipulas. La mitad del trayecto, que es de terracería, requiere transporte en moto o pickup de doble tracción. Recorrer a pie ese tramo puede llevar por lo menos media hora, o más, cuando llueve. El terreno rocoso y de tierra caliza, es resbaladizo y peligroso. Luego, a una elevación de unos 1,300 metros sobre el nivel del mar, y de espaldas a colinas que son territorio hondureño, la escuela y parte de la aldea están afuera de la cobertura de todas las empresas de internet en Guatemala. En la escuela, cuando hay electricidad, cualquiera con teléfono inteligente recibe el mensaje de texto «Bienvenido a Honduras», la invitación a usar la señal del país vecino por roaming, a 11.90 quetzales el minuto. Es una tarifa que ningún estudiante puede pagar, considerando que la jornada de estudio en casa es de al menos cinco seis horas al día. Por sólo una hora tendrían que pagar 714 quetzales, casi el presupuesto mensual de algunas familias.
«Le
pedí a los maestros que nos turnáramos cada semana para pagar cada uno de su
salario el papel, la impresión y las fotocopias».
En
2019, niños y adolescentes de Las Peñas y otra aldea atendían clases de
párvulos a tercero básico (el grado más alto en la escuela). En 2021, pese a
los desafíos del estudio a distancia, la escuela ahora tiene estudiantes de
básicos de cinco aldeas: Las Peñas, San Francisco Buena Vista, Potrerillos,
Rincón de María y Agua Buena. Eso, aunque la mayoría de los alumnos caminan entre
dos y cinco kilómetros para llegar en las escasas ocasiones en que hay clases
presenciales, cuando el semáforo de la pandemia está en amarillo.
En
párvulos, la matrícula anual de estudiantes rondaba los 10 a 12 estudiantes
hace dos años. El año pasado subió a 22, y este año, a 28 (280% mayor al
promedio previo a la pandemia). En 2021, la matrícula de primaria aumentó de 52
a 59 alumnos, el 13%.
En
los básicos, la matrícula aumentó un 52%, de 27 a 41 alumnos, cuando lo usual
antes de 2020 era que perdieran al menos cinco estudiantes anualmente porque
sus padres los enviaban a EE.UU., migraban por cuenta propia, o viajaban con
sus padres a otros municipios o departamentos por trabajo estacional, según
Horacio Fernández, director de la escuela. Cifras de la Secretaría General de
Planificación (Segeplan) indican que cerca del 4% de la población del
departamento de Chiquimula viaja a otros municipios, departamentos o a suelo
estadounidense.
El
director, también miembro del Sindicato de Trabajadores de la Educación de
Guatemala (Steg), afirma que los básicos eran los grados con mayor deserción
desde antes de la pandemia, y que la cobertura de educación básica en las áreas
rurales apenas alcanza el 15%, aunque a nivel país es del 47% estandarizado (el
Mineduc afirma que es del 49% con base en el censo 2018, pero datos de
cobertura neta en 2019 indican que era del 42%).
Las
cifras nacionales preliminares de deserción, que el Mineduc divulgó en abril
pasado, registraban que en 2020 no superó el 5% desde preprimaria hasta
diversificado, un porcentaje menor que en 2019. Hasta esta publicación, el
Mineduc no había proporcionado cifras finales, aunque se le solicitaron el 1 de
junio pasado. Según su portal, en Esquipulas y el resto de Chiquimula, el año
pasado y antepasado, seis de cada diez niños de edad escolar estaban
estudiando. El dato a nivel país es de siete niños de cada diez.
La
clave que aumentó la matrícula en Las Peñas
No
fue sólo una cosa.
Comenzó
con el Programa de Alimentación Escolar, que funciona en todas las escuelas
públicas. Sin embargo, desde que empezó la pandemia, y porque golpeó con mayor
fuerza los municipios con una población rural pobre, el impacto de alimentos
gratuitos es mayor en esos municipios. Eso explica que en párvulos y primaria
la matrícula subiera por este programa.
«El
incentivo es que el niño se inscribe en la escuela y tiene acceso a los
alimentos (4 quetzales diarios), que el gobierno aporta», dice Fernández. «Para
algunos padres, párvulos es una pérdida de tiempo; dicen que los niños sólo van
a la escuela a jugar, pero no se dan cuenta que el juego a esa edad es un
método de enseñanza y aprendizaje; no han cambiado de pensar, pero ahora las
bolsas con alimentos son el gancho».
Tomado de Plaza Pública