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23 de septiembre de 2021

Una escuela en Guatemala logra atraer estudiantes

 

Mientras la deserción escolar aumenta en el país, una escuela de Esquipulas logra atraer estudiantes

Por: Julie López, Plaza Pública



Crearon alternativas para retener a sus estudiantes, y aumentar la matrícula, años antes de que el Covid 19 llegara al país. Las medidas tuvieron un mayor impacto durante la pandemia y, en 2021 tiene más alumnos que en 2019.

En una zona montañosa de Esquipulas, Chiquimula, la Escuela Oficial Rural Mixta Las Peñas, en la aldea Las Peñas, recibe más estudiantes desde que comenzó la pandemia del COVID19, en contra de la tendencia nacional hacia el abandono escolar. En 2020, el Ministerio de Educación (Mineduc) suspendió las clases presenciales en favor de educación a distancia, en línea o con guías de autoaprendizaje (material impreso de estudio), pero en muchas escuelas ambas alternativas son un reto.

La escuela en Las Peñas tiene los mismos desafíos: la mayoría de los estudiantes no puede pagar internet y, quienes pueden, tienen acceso limitado o nulo de señal e interrupciones en el servicio de electricidad, o no se pueden permitir imprimir, cada semana, las guías de estudio. En Esquipulas, la pobreza alcanza a la mitad de la población y se concentra en las zonas rurales: familias sin servicios de salud, sin agua, sin electricidad ni educación. Allí, la deserción crece.



La escuela en Las Peñas está a 28 kilómetros o 45 minutos en vehículo de la cabecera de Esquipulas. La mitad del trayecto, que es de terracería, requiere transporte en moto o pickup de doble tracción. Recorrer a pie ese tramo puede llevar por lo menos media hora, o más, cuando llueve. El terreno rocoso y de tierra caliza, es resbaladizo y peligroso. Luego, a una elevación de unos 1,300 metros sobre el nivel del mar, y de espaldas a colinas que son territorio hondureño, la escuela y parte de la aldea están afuera de la cobertura de todas las empresas de internet en Guatemala. En la escuela, cuando hay electricidad, cualquiera con teléfono inteligente recibe el mensaje de texto «Bienvenido a Honduras», la invitación a usar la señal del país vecino por roaming, a 11.90 quetzales el minuto. Es una tarifa que ningún estudiante puede pagar, considerando que la jornada de estudio en casa es de al menos cinco seis horas al día. Por sólo una hora tendrían que pagar 714 quetzales, casi el presupuesto mensual de algunas familias.

«Le pedí a los maestros que nos turnáramos cada semana para pagar cada uno de su salario el papel, la impresión y las fotocopias».

En 2019, niños y adolescentes de Las Peñas y otra aldea atendían clases de párvulos a tercero básico (el grado más alto en la escuela). En 2021, pese a los desafíos del estudio a distancia, la escuela ahora tiene estudiantes de básicos de cinco aldeas: Las Peñas, San Francisco Buena Vista, Potrerillos, Rincón de María y Agua Buena. Eso, aunque la mayoría de los alumnos caminan entre dos y cinco kilómetros para llegar en las escasas ocasiones en que hay clases presenciales, cuando el semáforo de la pandemia está en amarillo.

En párvulos, la matrícula anual de estudiantes rondaba los 10 a 12 estudiantes hace dos años. El año pasado subió a 22, y este año, a 28 (280% mayor al promedio previo a la pandemia). En 2021, la matrícula de primaria aumentó de 52 a 59 alumnos, el 13%.

En los básicos, la matrícula aumentó un 52%, de 27 a 41 alumnos, cuando lo usual antes de 2020 era que perdieran al menos cinco estudiantes anualmente porque sus padres los enviaban a EE.UU., migraban por cuenta propia, o viajaban con sus padres a otros municipios o departamentos por trabajo estacional, según Horacio Fernández, director de la escuela. Cifras de la Secretaría General de Planificación (Segeplan) indican que cerca del 4% de la población del departamento de Chiquimula viaja a otros municipios, departamentos o a suelo estadounidense.

El director, también miembro del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (Steg), afirma que los básicos eran los grados con mayor deserción desde antes de la pandemia, y que la cobertura de educación básica en las áreas rurales apenas alcanza el 15%, aunque a nivel país es del 47% estandarizado (el Mineduc afirma que es del 49% con base en el censo 2018, pero datos de cobertura neta en 2019 indican que era del 42%).

Las cifras nacionales preliminares de deserción, que el Mineduc divulgó en abril pasado, registraban que en 2020 no superó el 5% desde preprimaria hasta diversificado, un porcentaje menor que en 2019. Hasta esta publicación, el Mineduc no había proporcionado cifras finales, aunque se le solicitaron el 1 de junio pasado. Según su portal, en Esquipulas y el resto de Chiquimula, el año pasado y antepasado, seis de cada diez niños de edad escolar estaban estudiando. El dato a nivel país es de siete niños de cada diez.

La clave que aumentó la matrícula en Las Peñas

No fue sólo una cosa.

Comenzó con el Programa de Alimentación Escolar, que funciona en todas las escuelas públicas. Sin embargo, desde que empezó la pandemia, y porque golpeó con mayor fuerza los municipios con una población rural pobre, el impacto de alimentos gratuitos es mayor en esos municipios. Eso explica que en párvulos y primaria la matrícula subiera por este programa.

«El incentivo es que el niño se inscribe en la escuela y tiene acceso a los alimentos (4 quetzales diarios), que el gobierno aporta», dice Fernández. «Para algunos padres, párvulos es una pérdida de tiempo; dicen que los niños sólo van a la escuela a jugar, pero no se dan cuenta que el juego a esa edad es un método de enseñanza y aprendizaje; no han cambiado de pensar, pero ahora las bolsas con alimentos son el gancho».

Tomado de Plaza Pública