Una
reflexión extraordinaria
Por: Amílcar Álvarez, El Periódico
07-09-21
Pocos
ven lo que somos, todos ven lo que aparentamos…
El presidente de Uganda, KAGUTA MUSEVENI, dio un discurso a las personas que no están dispuestas a cuidarse durante el periodo de cuarentena por el COVID-19, considerado muy valioso. Veamos. “Dios tiene mucho trabajo, tiene que cuidar a todo el mundo. No puede estar aquí en Uganda, cuidando idiotas.
El
mundo entero se encuentra actualmente en esta guerra. Hay gente que aún no lo
entiende. Una guerra sin armas ni balas. Una guerra sin soldados humanos. Una
guerra sin fronteras. Una guerra sin acuerdos de alto al fuego. Una guerra sin
una sala de guerra. Una guerra sin zonas sagradas. El ejército en esta guerra
no tiene piedad ni bondad humana. Es indiscriminado: no respeta a los niños, a
las mujeres ni lugares de culto. Este ejército no está interesado en botines de
guerra. No tiene intención de cambio de régimen. No le preocupan los recursos
minerales valiosos debajo la tierra. Ni siquiera le interesa la hegemonía
religiosa, étnica o ideológica. Su ambición no tiene nada que ver con la
superioridad racial. Es un ejército invisible, despiadado y despiadadamente
efectivo. Su única agenda es una cosecha de la muerte. Solo se sacia después de
convertir el mundo en un gran campo de muerte. Su capacidad para lograr su
objetivo no está en duda. Sin máquinas terrestres, anfibias y aéreas, tiene
bases en casi todos los países del mundo. Su movimiento no se rige por ninguna
convención o protocolo de guerra. En resumen, es una ley en sí misma. Es el
coronavirus.
Afortunadamente,
este ejército tiene una debilidad y puede ser derrotado. Solo requiere nuestra
acción colectiva, disciplina y paciencia. El COVID-19 no puede sobrevivir al
distanciamiento social y físico. Solo prospera cuando lo enfrentas. Le encanta
ser confrontado. Capitula frente al distanciamiento social y físico colectivo.
Se inclina ante una buena higiene personal. Es impotente cuando tomas tu
destino en tus propias manos, manteniéndolas desinfectadas tan a menudo como
sea posible. Este no es un momento para llorar por el pan y la mantequilla como
niños mimados. Obedezcamos y sigamos las instrucciones de las autoridades.
Aplanemos la curva COVID-19. Ejercitemos la paciencia. Seamos guardianes de
nuestros hermanos. En poco tiempo recuperaremos nuestra libertad, nuestras
empresas y nuestra socialización. En medio de la EMERGENCIA, practiquemos la
urgencia del servicio y la urgencia del amor por los demás”. Estas palabras se
consideran el mejor y más inteligente discurso público, jamás realizado durante
el COVID-19. Washington D. C. Cortesía de un cristiano renovado.
Jacques Attali escribió el libro Breve historia del futuro, publicado en Francia el año 2006. En un fragmento dice… “Encontraremos algo o lo causaremos, una pandemia que apunte a ciertas personas, una crisis económica real o no, un virus que afectará a los viejos o los mayores, no importa, los débiles y miedosos sucumbirán”… Joya. Pocos ven lo que somos, todos ven lo que aparentamos…
Amilcar
Álvarez
Tomado de ElPeriódico