Francisco: "Predicar la pobreza no es
comunismo, sino puro Evangelio"
"Ay de ustedes que explotáis a la gente, que
explotáis el trabajo, que pagáis en negro"
Jesús Bastante
RELIGIÓN | VATICANO
Si el Señor te ha dado
riquezas es para dárselas a los demás, para hacer en su nombre tantas cosas
buenas por los otros. Pero las riquezas tienen esta capacidad de seducirnos y en
esta seducción caemos, somos esclavos de las riquezas
(Jesús Bastante/VN).-
Predicar la pobreza "no es comunismo", sino "puro
Evangelio". Francisco quiso actualizar esta mañana el relato de las
Bienaventuranzas y la valentía de Jesús. "Si uno hoy hiciera un sermón
como ese, en los periódicos, al día siguiente: '¡Ese sacerdote es comunista!'.
Pero la pobreza está en el centro del Evangelio".
En su homilía en Casa
Santa Marta, el Papa animó a "tomar distancia de las riquezas, porque Dios
las ha ofrecido para dárselas a los otros".
"¡Ay de ustedes, ricos!", en la primera invectiva después de las Bienaventuranzas en la versión de Lucas. "¡Ay de ustedes, ricos!". Si uno hoy hiciera un sermón como ese, en los periódicos, al día siguiente: "¡Ese sacerdote es comunista!". Pero la pobreza está en el centro del Evangelio. La predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús: "Bienaventurados los pobres" es la primera de las Bienaventuranzas: Es el documento de identidad, el documento identificativo con el que Jesús se presenta cuando regresa a su pueblo, en Nazaret, en la sinagoga , es: "El Espíritu está sobre mí, he sido enviado para proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, a los pobres, la buena noticia a los pobres". Pero siempre en la historia hemos tenido la debilidad de tratar de eliminar esta predicación sobre la pobreza creyendo que es una cuestión social y política. ¡No! Es puro Evangelio, es puro Evangelio.
"Siempre en la
historia hemos tenido la debilidad de tratar de eliminar esta predicación sobre
la pobreza creyendo que es una cuestión social y política. ¡No! Es puro
Evangelio, es puro Evangelio", clamó Bergoglio.
Al tiempo, Francisco llamó a reflexionar sobre el porqué de una "predicación tan dura" como la que Jesús hace sobre la brecha entre ricos y pobres. La razón radica en el hecho de que "las riquezas son una idolatría", son capaces de "seducción".
"Jesús mismo dice
que no se puede servir a dos señores: o sirves a Dios o sirves a las
riquezas", apuntó Francisco, quien advirtió que "la riqueza te agarra
y no te suelta y va en contra del primer mandamiento: amar a Dios con todo tu
corazón".
Así, el Papa subrayó
cómo las riquezas van "contra el segundo mandamiento porque destruyen la
relación armoniosa entre nosotros, los hombres", "arruinan la
vida", "arruinan el alma".
En ese contexto,
Francisco cordó la Parábola del rico - que pensaba en la "buena
vida", en las fiestas, en las vestimentas lujosas - y la del mendigo
Lázaro, "que no tenía nada". Las riquezas - reitera - "nos
alejan de la armonía con nuestros hermanos, del amor al prójimo, nos hacen
egoístas".
Santiago reclama el
salario de los trabajadores que cosecharon en las tierras de los ricos y que no
han sido pagados: alguien - dice Francisco - puede confundir al Apóstol
Santiago con "un sindicalista". Sin embargo, asegura el Pontífice, él
es el Apóstol "que habla bajo la inspiración del Espíritu Santo".
Parece - señala - una cosa de hoy:
Incluso aquí, en Italia, para salvar los grandes capitales, se deja a la gente sin trabajo. Va contra el segundo mandamiento y quién hace esto: "¡Ay de ti!". Yo no, Jesús. Ay de ustedes que explotáis a la gente, que explotáis el trabajo, que pagáis en negro, que no pagáis la contribución para las jubilaciones, que no dais vacaciones - dijo el Papa Francisco - ¡Ay de ti! Hacer "descuentos", hacer estafas sobre aquello que se debe pagar, sobre el salario, es un pecado, es pecado. "No, padre, yo voy a misa todos los domingos y voy a esa asociación católica y soy muy católico y hago la novena de esto ...". ¿Pero luego no pagas? Esta injusticia es pecado mortal. No estás en la gracia de Dios. No lo digo yo, lo dice Jesús, lo dice el Apóstol Santiago. Es por eso que las riquezas te alejan del segundo mandamiento, del amor al prójimo.
Las riquezas, por lo
tanto, tienen una capacidad que nos hacen "esclavos". Es por eso que
Francisco exhorta a "hacer un poco más de oración y un poco más de
penitencia", no para los pobres sino para los ricos:
Tú no eres libre ante
las riquezas. Para ser libre ante las riquezas debes distanciarte y orar al
Señor. Si el Señor te ha dado riquezas es para dárselas a los demás, para hacer
en su nombre tantas cosas buenas por los otros. Pero las riquezas tienen esta
capacidad de seducirnos y en esta seducción caemos, somos esclavos de las
riquezas.