Fratelli Tutti, homenaje en su
primer aniversario I
JULIO PÉREZ PINILLOS,
RIVAS VACIAMADRID (MADRID).
ECLESALIA, 08/10/21.- Hace un año -el 4 de octubre de 2020, día de S. Francisco de Asís- del nacimiento de la Carta Encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, que merece un gran homenaje y agradecimiento, de modo especial, a mi juicio, por su claridad y contundencia al afirmar que los Movimientos Sociales y los Movimientos Políticos son necesarios para una profunda acción transformadora y evangelizadora de la sociedad y de la Iglesia, afirmación que contrasta con la prudencia-cautela-matizaciones empleadas por algunos sectores conservadores de la Iglesia, al referirse a estos mismos Movimientos.
Junto a esta claridad y contundencia, quiero añadir, como razón para este Homenaje de Aniversario, el tono positivo y de aliento que transmite a mucha gente, sobretodo joven, -“malherida” como describe la parábola del Samaritano- que hoy anda tanteando hacia dónde orientar sus energías muy mermadas por los desenfoques vitales que generan la pandemia, la crisis económica y la inestabilidad actuales. Alegra constatar que este Papa tan franciscano como ignaciano, mantiene el mismo tenor positivo, optimista y de reciedumbre manifestado en Laudato Si y en Evangelii Gaudium, marco de su pensamiento. Que la salud le acompañe unos años más para que avance su proyecto, evitando, además, rumores de movimiento de silla.
Quiero fundamentar este homenaje a Fratelli Tutti centrándome en dos apartados importantes de la Carta-Encíclica referidos el primero a los Movimientos políticos, “Amor social. Caridad política” y el segundo a los Movimientos populares, “Poetas sociales“. Solo en estos dos por razón de espacio y porque son los de mayor demanda en mi itinerario político-social-pastoral y en mi actual compromiso vecinal. Para mayor claridad del artículo presentaré por separado el aspecto de reflexión teórica (A) y el operativo-práctico (B) que alientan el nacimiento y los pasos de una Asociación Vecinal de barrio urbano periférico, implicada en mejorar las condiciones elementales de bienestar y de habitabilidad humana de 3000 familias (B).
A. UN PENSAMIENTO VIGOROSO Y POSITIVO
“Tiempo de hablar Tiempo de Actuar”, órgano del MOCEOP, acaba de publicar en su nº 164 un estudio lúcido, incisivo y positivo sobre la Fratelli Tutti. El artículo de referencia obligada para esta reflexión está firmado por Ramón Alario y colaboradores. A ellos he pedido prestadas unas páginas para esta mirada-homenaje. ¡Gracias compañeros de viaje!
Dimensión política de la existencia. Amor social. Caridad política
Vivimos en sociedad y toda sociedad está integrada por grupos de personas que poseen una comunidad de intereses, de los que derivan unos derechos y unos compromisos y deberes. Como a esas antiguas sociedades los griegos las llamaron “polis”, en nuestro mundo denominamos política al arte de organizar esas grandes células de convivencia.
Partimos de que esta realidad se nos ha hecho cada vez más compleja, más amplia, más rica, más plural, y, al mismo tiempo, más complicada a la hora de funcionar y dirigir. Es curioso que esta noble actividad, que tantos ensayos históricos ha producido a la hora de configurarse (aristocracias, oligarquías, monarquías, teocracias, dictaduras…) hasta formular las sociedades democráticas, esté hoy infectada de grandes dosis de descrédito.
Pero, hay que reivindicarla hasta la saciedad: la política es una herramienta imprescindible para abordar nuestros problemas, locales y globales, que cada vez más tienen un carácter universal. Las campañas de descrédito no otra cosa persiguen, y consiguen, que abandonemos el quehacer político en manos de unos pocos profesionales o poderosos que tengan las manos libres para hacer y deshacer su antojo. Todo en nuestra vida es político: participemos o nos abstengamos. Todo. Seguir pensando o defendiendo que nuestras actuaciones individuales con los más cercanos solucionan los problemas que aquejan a la humanidad, es miopía política, que termina dejando sin abordar retos fundamentales para la convivencia.
Hoy la caridad, el cuidado, la atención a quien nos necesita en nuestra vida diaria sigue siendo un reto de humanidad, de sororidad y fraternidad ineludible. Pero hay un nivel imprescindible de actuación que hace que nuestra solidaridad y sentido de la justicia lleguen a millones de personas, que de otra manera quedan desatendidas: son las leyes justas, la fiscalidad proporcional, los servicios públicos universales, la atención por ley a todas y todos. Ante muchos de estos problemas la caridad individual olvida la justicia y es insuficiente. Es precisa la acción colectiva, comunitaria, asociativa: política.
“Por estas razones, si bien la Iglesia respeta la autonomía de la política, no relega su propia misión al ámbito de lo privado. Al contrario, no puede ni debe quedarse al margen de la construcción de un mundo mejor, ni dejar de despertar las fuerzas espirituales que fecunden toda la vida en la sociedad”.