PALABRAS A VOLEO
Martín Valmaseda
Hoy nos vamos a enfrentar con una palabra que a muchos les hace tambalear su fe, pero no es para tanto.
Al contrario, bien entendida deberá fortalecer y aclarar lo que llamamos fe y espiritualidad.
Mito
¿Cómo? ¿ Mito?... Mitología… los cuentos de dioses y diosas de las religiones que llamamos falsas:
Los mitos de esas religiones no son puras fantasías; tienen su parte de reflejo en los sentimientos y en los sueños humanos, en los deseos y ansias de la humanidad. Pero ¿los mitos son mentira?… ¡no! Son eso: mitos.
En cambio, cuando leemos un fábula de Esopo, por ejemplo, donde hablan los animales, no se nos ocurre decir que es mentira: es una fábula para enseñar buenas ideas, buenas costumbres.
Esto que estoy ahora escribiendo no
se lo digo, naturalmente, a los sabios
expertos en Biblia o en literaturas antiguas. Lo estoy escribiendo
pensando en las personas que aprendieron
el catecismo de pequeños y ahí terminaron sus conocimientos de historia o de
sagrada escritura. Lo malo es que con ese reducido caudal de conocimientos,
luego se hicieron catequistas o maestros y deformaron la mente de los
niños con enseñanzas atrasadas que no fueron capaces de
criticar y modernizar. No
distinguían lo que era historia de los llamados “mitos”. Así fracasamos con la ignorancia religiosa de padres y
maestros; y así tropezamos con la falta de conciencia de muchos llamados
cristianos. Incluso conozco personas, científicos destacados en física u otras ramas de la cultura, pero que
sus conocimientos de historia, de biblia, son totalmente infantiles.
Hay personas con estudios de bachillerato o de universidad que todavía se creen, por ejemplo, que la historia de Adán y Eva, la serpiente y Dios paseándose por el paraíso es una verdad de fe. No se dan cuenta de que es una leyenda simbólica que, naturalmente, los antropólogos, los historiadores lo entienden como narraciones míticas de un tiempo en que se veía de otro modo la creación del ser humano. Los expertos en la biblia hablan de algo que todo cristiano debería saber: de los “géneros literarios”, es decir que en la biblia no todo es reportaje histórico. Hay muchas leyendas, poesías, cuentos, símbolos… que “no hay que creérselos al pie de la letra” porque no están escritos para eso, sino como ejemplos, fabulas, mitos, ¡mitos! Sirven para que entendamos mejor lo que hay detrás de esas narraciones, las que sirven para entender mejor la naturaleza de los seres humanos y de los pueblos.
Me avergüenzo de que en pleno siglo XXI tenga que dar todas estas explicaciones y que mucha gente que asiste a misa y lee la biblia se asuste ante las narraciones míticas.
Piensan que les hace perder la fe. No. Les harán perder la ignorancia de cuando tenían 7 años, pero ¡por favor! Si con esto pierden la fe es que nunca la han tenido de verdad.
En demasiados grupos cristianos es muy débil la formación religiosa de las personas. Acaso el fallo está en algunos sacerdotes que lógicamente tuvieron que aprender esto en el seminario pero, o no se lo explicaron bien (¿) o no fueron capaces de enseñar eso a los feligreses, especialmente a los catequistas y educadores de sus comunidades, que siguen ignorantes.
Para completar estas reflexiones les puedo hacer notar un detalle del lenguaje de la
Se escribieron en legua hebrea el
antiguo testamento y en griego el nuevo testamento. Fue
en torno a, Palestina, Siria, Persia, países ´árabes…
Jesús de Nazaret creció y se educó en aquellos países y nosotros, los creyentes occidentales, intentamos cambiar su imagen y deformarla según la cultura en Europa y los países “occidentales”, donde se piensa de modo muy distinto a los orientales.
La mayor parte de películas sobre Jesús o sobre la Biblia son de inspiración norteamericana y muchas con un simplismo occidental que nada tiene que ver con la manera de ser de la gente en aquellas tierras. Esas tierras de Jesús, que los peregrinos visitan unas semanitas y con eso creen que ya se lo saben todo sobre el evangelio
No nos damos cuenta, como dice un experto en esta cultura y estos lenguajes, que Jesús era un oriental, que hablaba el lenguaje arameo (distinto del hebreo) y que muchas de sus expresiones no se pueden traducir a nuestras lenguas occidentales. Que la parábola, la leyenda, el mito era un modo de hablar que supera a las expresiones del lenguaje español, inglés, etc….
Este es un tema que pide flexión de
los creyentes. Lo primero que nos hace
falta es un poco de humildad para abrir
mucho los ojos y los oídos y respetar los mitos del lenguaje de aquellos tiempos; no
decir que son historias falsas,
no leerlo todo con ojos de lector
americano o europeo. Y aceptar
sencillamente que nos cuenten la historia del amor de Dios con el lenguaje de
la tierra de los patriarcas y los profetas
que no solo hablaban otro idioma, sino que tenían otros pensamientos,
soñaban con otras imágenes a las que nosotros
no llegamos. Para empezar
sintamos que la palabra del Maestro está por encima de nuestras palabras y
entendimiento.
En resumen, volvamos a Jesús, intentemos conocer como era de verdad, metámonos en su vida y que él oriente la nuestra. Habrá palabras y frases de Jesús que no lleguemos a entender del todo, pero el amor y la unión de la humanidad nos ayudarán a mantenernos en la luz de su mensaje.