En 1854 el presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una "reserva" para este pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855, con esta carta considerada por aquellos que amamos la tierra como la declaración más hermosa y profunda que jamás se haya hecho sobre nuestro planeta y el medio ambiente.