Enséñame
tus caminos (salmo 24)
Rafael Prieto
¡Qué orgullosos estamos de nuestros caminos!;
magníficas
carreteras, rutas en el aire y en el mar,
por
las que avanzamos cómoda y rapidísimamente;
pero
no sabemos el Camino,
porque
el orgullo nos ciega.
Corremos
por nuestros caminos
nerviosos,
ansiosos y agitados,
pero
no sabemos por qué corremos ni a dónde vamos.
Tú
enseñas tus caminos a los humildes,
a
los que escuchan tu palabra
y confían en tu misericordia.
Haznos
humildes, Señor, y enséñanos tus caminos,
los
que se adentran en los campos de la vida,
los
que escalan las cimas de la libertad,
los
que llegan a las cumbres del amor,
los
que desembocan en las puertas de la dicha,
los
que te alcanzan a ti, Señor, nuestro Dios.
Enséñanos,
Señor, tus caminos,
o
mejor, hazte para nosotros camino,
por
el que corramos sin tropiezo,
con
lealtad y rectitud;
que
cada paso nos adentre en ti,
nos
transforme en ti
y
nos llene de tu Espíritu.
Nosotros,
los seguidores del Camino,
aunque
débiles, cansados, perezosos.
Hazte
camino para todos.
Que
los hombres aprendan a encontrarse en ti,
con
lealtad y rectitud,
y
experimenten tu misericordia y tu ternura,
que
son eternas.
Los
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