Palabras a voleo
Martín Valmaseda
Esta vez les voleamos dos palabras que aunque en realidad son bien distintas una es como una caja llena de… pues eso de contenidos y la otra puede lógicamente contener algo pero sobre todo tiene ojos para ver lo que la rodea. Les digo las palabras que son:
CIENCIA Y CONCIENCIA
Para explicarme voy a usar un cuento.
Érase un piloto que volaba en su avioneta, cuando le empezó a fallar el motor. Desesperado se lanzó en paracaídas. Cayó, cayó… hasta que se detuvo colgado de las ramas de un árbol.
El colgado la dijo a voces: “por favor no sé dónde he caído. ¿Me puede decir dónde estoy?”
El caminante se le quedó mirando un rato y le dijo: Pues… pues está usted colgando de un árbol con las cuerdas de un paracaídas, creo. Y siguió mirándolo
El piloto también se quedó un rato en silencio, hasta que le preguntó; “¿es usted sacerdote, verdad?”
El interpelado, puso cara de sorpresa. No llevaba sotana, ni siquiera esa tirita blanca en el cuello. Dijo: “sí soy sacerdote pero ¿cómo lo adivinó?”
La respuesta fue: “ porque lo que usted me dice es verdad pero no me sirve para nada”
Así termina el chiste. Tiene su tono anticlerical. También le podría haber preguntado si era científico especializado en pájaros o en psicología cuántica. Pero así nos vale. La respuesta de aquel clérigo podría haber sido distinta : “está usted en Villa Nueva del Pardillo o a dos kilómetros del aeropuerto de Cobán” y enseguida decirle:… “espere un poco que voy a buscar una escalera o a llamar a los bomberos”. Eso si hubiera tomado “conciencia” de lo que aquel piloto pendiente necesitaba de verdad.
Pues seguimos con nuestras dos palabras:
Ciencia es saber realidades, más o menos útiles o inútiles.
Conciencia es saber para qué sirven, qué se puede hacer con ellas, o cómo defenderse de ellas.
Las personas con conciencia sabe lo que les pasa a ellos y a quienes les rodean y que consecuencias tiene para la vida. Esa conciencia les mueve a algo más. Llamar a los bomberos o hacer algo de provecho para los que lo necesitan.
La CIENCIA y la CONCIENCIA se pueden ayudar mutuamente.
En este mundo va aumentando la CIENCIA y cada vez hay más CONCIENCIA.
De pequeños nos hablaban sólo del “examen de conciencia”. Cada uno la suya. Pero luego nos dimos cuenta, de mucha conciencia errónea cuando pensábamos en pecados que no lo son tanto y hoy nos damos cuentas de pecados que sí lo son; y de los que no habíamos sido conscientes… sobre todo cuando nos dimos cuenta de la conciencia social: de que estafar, no pagar a los empleados, mentir con las fake news en los informativos , no acoger a los emigrantes… es más grave que no ir a misa el domingo.
Tanto la CIENCIA como la CONCIENCIA van avanzando y se ayudan mutuamente. Cuando Galileo dijo que la tierra giraba en torno al sol, si se descuida lo queman, porque la conciencia de los teólogos de la época afirmaban que la biblia decía lo contrario y no sabían que el mito es parte de la ciencia y la cultura.
Actualmente se habla de conciencia “ingenua”: las diferencias entre
Ahora la conciencia “crítica” en la teología de la liberación reconoce que Dios ¡no quiere! que los niños se mueran por subalimentación o que no haya buenas escuelas para todos.
¡La pobreza no es una desgracia sino una injusticia!
En estos momentos la conciencia está apoyando a la ciencia y haciendo que la humanidad en su conjunto progrese, pero nos va a costar trabajo. Todavía la inconciencia está destruyendo el mundo y el papa Francisco tiene que escribir la Laudato si. Hoy no se queman brujas pero los talibanes (o los machos cristianos) todavía esclavizan a las mujeres.
Que cada uno de nosotros vayamos avanzando en ciencia y sobre todo en conciencia crítica.