Teología
sin censura: José Mª Castillo: "¿Debe la Iglesia meterse en
política? Por supuesto. Pero haciéndolo como lo hizo Jesús"
"La
política no se suele ejercer al servicio de la 'igualdad', sino para defender
las 'diferencias'"
Castillo:
"¿Debe la Iglesia meterse en política? Por supuesto. Pero haciéndolo como
lo hizo Jesús"
Dios
y el César
“Lo
que es del César, devolvédselo al César; y lo que es de Dios, a Dios” (Mc 12,
13-17; Mt 22, 15-22; Lc 20, 20-28). La política en su sitio y la Iglesia en el
suyo
"No
con la pretensión de mandar y acaparar el poder y el capital, sino con el
proyecto de gestionar una sociedad en la que se respetan los derechos
humanos"
"cuando
los políticos tienen la libertad y el valor de aplicar este criterio al
gobierno de la sociedad, se hunde y desaparece el principio determinante del
capitalismo"
"lo
que debe hacer la Iglesia es tener la libertad y la audacia de decir y hacer no
lo que le conviene a la Religión para sacar tajada al capitalismo, sino decir y
hacer lo que necesita la gran mayoría de la humanidad"
12.12.2021
José María Castillo
Leyendo
y releyendo los escritos del Nuevo Testamento, no es posible encontrar
argumentos que puedan justificar el hecho, tan repetido en la historia, de
intromisiones (directas o indirectas) de los dirigentes de la Iglesia en
asuntos políticos. Herodes mandó degollar a Juan Bautista y Jesús, por lo que
relata el Evangelio, no dijo ni palabra. En otra ocasión, cuando Jesús le
hablaba a la gente, algunos informaron en público que Pilatos había matado a
unos galileos cuando ofrecían un sacrificio en el Templo. La reacción de Jesús
fue sorprendente. Porque no dijo ni palabra contra Pilatos, sino que fue a sus
oyentes a quienes les dijo: “si no os enmendáis, todos vais a terminar lo
mismo” (Lc 13, 5).
A
lo dicho, hay que sumar la respuesta que Jesús les dio a quienes querían
crearle un grave problema con las autoridades romanas, utilizando el tema de
pagar o no pagar el tributo al César. A lo que Jesús hábilmente respondió: “Lo
que es del César, devolvédselo al César; y lo que es de Dios, a Dios” (Mc 12,
13-17; Mt 22, 15-22; Lc 20, 20-28). La política en su sitio y la Iglesia en el
suyo.
Y
a lo dicho, hay que añadir un hecho elocuente: en los relatos de la pasión y
muerte de Jesús, quien se resistió a condenar a muerte a Jesús no fue el
Sanedrín de los sacerdotes, sino el gobernante de los romanos (Mt 15, 6-15
par).
¿Debe
la Iglesia meterse en política? Por supuesto. Pero haciéndolo como lo hizo
Jesús. No con la pretensión de mandar y acaparar el poder y el capital, sino
con el proyecto de gestionar una sociedad en la que se respetan los derechos
humanos, y sobre todo, si es que hay que proteger y favorecer a ciertos
sectores de la población, los más favorecidos deben ser los más necesitados. Si
la política se entiende de esta manera, es evidente que la Iglesia tiene que
meterse en política. Así lo hizo Jesús. Y así lo tienen que hacer los que
“siguen” a Jesús.