Juan
1,1-18. La Navidad nos debe servir para recordar que Dios desea seguir naciendo
cada día en nosotros. Jesús, con su nacimiento, nos abre los ojos para que
acertemos a ver que todas las personas con las que nos cruzamos en nuestro día
a día son hermanos y hermanas. En medio de la oscuridad ha aparecido una luz
que ilumina y da sentido a nuestra vida. Nos llena de esperanza y nos invita a
crear un mundo de paz y justicia. Y tú, ¿qué luz estás dispuesto a aportar al
mundo? Ojalá todos tengamos la valentía y la humildad de abrir una rendija en
nuestra vida que deje entrar la luz que ilumina el mundo.