OH MARÍA,
Necesitamos
tu mirada Inmaculada.
Para recuperar la capacidad de mirar a las personas
con
respeto y reconocimiento sin intereses egoístas o hipocresías.
Necesitamos
de tu corazón inmaculado.
Para
amar en modo gratuito
Sin
segundos fines, sino buscando el bien del otro.
Con
sencillez y sinceridad.
Renunciando
a máscaras y maquillajes.
Necesitamos
tus manos inmaculadas.
Para
acariciar con ternura.
Para
tocar la carne de Jesús
en
los hermanos pobres, enfermos, despreciados.
Para
levantar a los que se han caído y sostener a quien vacila.
Necesitamos
de tus pies inmaculados.
Para
ir al encuentro de quienes
no
saben dar el primer paso,
para
caminar por los senderos de quien se ha perdido,
para
ir a encontrar a las personas solas.
Papa
Francisco
Agustín de la Torre