Servir al estilo
de Francisco de Asís
Facilitar
al padre la obra de la
salvación de los hombres.
Reconocerse servidor y menor
y no dominador.
Aceptar,
sin condiciones,
los planes del
Padre sobre mí.
No
negar nunca la ayuda al
hermano
necesitado.
Convertirse
en humilde
colaborador de la
actividad
liberadora del
Padre.
Ilusionar
al abatido, al
Desesperado, dándole
motivos
para esperar.
Ser
consciente de que el amor
de Dios debe ser
manifestado
a los demás.
Colaborar
con nuestro tiempo
y cualidades para
el bien
de los más
débiles.
Ofrecer
gestos de servicio sin
presunción ni
vanagloria,
como humildes y
menores.
Demostrar
con obras de verdad
el amor al prójimo
olvidado.
Expresar
nuestra compasión
sincera con el que
sufre
y con el humilde.
Ayudar
al hermano
para que sea fiel
a su vocación
de ser persona y
cristiano.
Solidarizarse
con los grupos
que trabajan por
la dignidad
de la persona.
Incentivar
y fomentar
la fraternidad en
todos
los lugares
ambientes.
Ser
instrumentos de paz,
unión y armonía en
el mundo
en que vivimos.
Palabras para el
Silencio