¿CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE Y
CON QUIÉN VAMOS A “SINODEAR”?
Escrito por: África de la Cruz Tomé (Fe Adulta)
Los equipos sinodales diocesanos están diseñando cómo va a ser el proceso sinodal en su diócesis. Siguiendo las directrices del Documento Preparatorio y Vademecum están elaborando los materiales de trabajo que enviarán a sus parroquias, movimientos laicales, congregaciones religiosas, asociaciones, agrupaciones de acción social. Todos los grupos existentes en la diócesis serán invitados a participar en esta fase de consulta, escucha y discernimiento. Se usarán todos los canales o vías de comunicación disponibles en la diócesis para llegar a las periferias, a los que han abandonado la Iglesia, a los inmigrantes, a los ateos, a los agnósticos y a personas y grupos que no se ha consultado antes, a los sin voz. El objetivo es lograr la mayor participación posible.
Los trabajos de la fase diocesana del Sínodo, fase de consulta y escucha mutua y todos al Espíritu, se van a llevar a cabo a través de reuniones de grupo convocados a reflexionar sobre sus experiencias eclesiales y a proponer pasos a seguir para su mejora. La tarea concreta consistirá en contestar al cuestionario preparado por el equipo diocesano y adaptado al contexto local por los equipos sinodales de zona o arciprestales (grupo de parroquias próximas). Los materiales de trabajo para los grupos estarán adaptados a las audiencias a los que van dirigidos: Adultos, niños, jóvenes, etc. Los responsables de los equipos diocesanos y de zona harán todo lo posible por adecuar los materiales de trabajo grupal a los complementos circunstanciales de sus destinatarios. Tienen que tener en mente que la finalidad de su trabajo es promover, facilitar y desarrollar una experiencia personal de sinodalidad. Las reuniones del grupo tienen que ser la ocasión de la práctica, la vivencia y la experiencia de la sinodalidad en acción: caminar juntos guiados por el Espíritu. Sabemos que el Espíritu nos habla a través de los otros y les habla a ellos a través de nosotros. En resumen: Las reuniones en grupo para trabajar los materiales preparados por los responsables diocesanos y de zona tiene que facilitar y ser la oportunidad de aprender a ser una Iglesia sinodal “sinodeando”.
En el Vademecum de la
Secretaria General del Sínodo se ofrecen directrices orientativas para la
planificación del proceso participativo del camino diocesano. Los equipos
sinodales diocesanos y de zona los adaptarán al contexto local. En el apartado
4.4 La hoja de Ruta (ejemplos de pasos para la fase diocesana) se ofrecen
propuestas, entre otras, para: Facilitar la participación a través plataformas
variadas (reuniones a nivel parroquial, encuentros interparroquiales, grupos
escolares, asociaciones locales, plataformas virtuales…) Selección y formación
de los coordinadores locales (taller sobre sinodalidad, conocimiento de los
procesos sinodales y materiales de trabajo que van a utilizar, entrenamiento en
técnicas de manejo de grupos, competencias básicas necesarias para llevar
adelante las reuniones de escucha y discernimiento comunitario) Publicidad
sobre el Sínodo (cartel con el logo del Sínodo en todas las Iglesias, con la
agenda de las reuniones programadas e invitando a la participación) .
En el Apéndice B del
Vademecum: Sugerencias para la organización de una reunión de consulta sinodal,
se presenta un protocolo con los pasos a seguir en la planificación y
realización de la consulta y discernimiento en la fase diocesana del Sínodo. Es
una propuesta muy útil para saber lo que se nos pide al Pueblo de Dios en este
momento del proceso. Presento todo el recorrido pero me detendré en los
momentos que más incumben a la comunidad. Las tareas que propone son:
1. Formar un equipo
organizativo para planificar y llevar a cabo las reuniones.
2. Fomentar la
participación mediante anuncios en parroquias, redes sociales, cartas, teléfono
etc. para llegar a los que no están en contacto con la parroquia.
3. Buscar la
heterogeneidad del grupo según diferencias en experiencias eclesiales, cultura,
edad…
4. Con anticipación a la
fecha de la reunión, enviar el material preparado con el contenido y
metodología de ese encuentro.
5. Las preguntas que van
a ser trabajadas en la reunión deben ser pertinentes y concretas (sintéticas).
Que provoquen diálogos en profundidad. Se puede proponer empezar por: a)
Recordar nuestras experiencias de vida comunitaria. b) Reflexionar y evaluar
estas experiencias (lo positivo y lo negativo. Lo aprendido en ellas) c)
Compartirlas con el grupo. La puesta en común, el compartir y contraste
facilita ver lo que el Espíritu manifiesta en cada uno. Y la pregunta ¿Qué nos
pide el Espíritu, qué caminos nos abre? Pasado y futuro.
6. Asegurarse que el
número de moderadores de grupo sea adecuado al número de asistentes, al método
de trabajo y al formato de recogida de la información elegido. Estos
moderadores harán el resumen de las aportaciones por sesión.
7. Durante la reunión la
oración comunitaria jugará un papel importante. La escucha mutua y el
discernimiento se fundamentan en la Palabra de Dios y el Espíritu que habla a
través de ella en nosotros.
8. Elegir el método
adecuado para el diálogo del grupo, que facilite la participación de todos y
respete los principios de la sinodalidad: participación activa, escucha atenta,
hablar reflexivo y discernimiento espiritual. Puede ser pertinente formar
subgrupos de 6-7 personas para trabajar los contenidos y materiales preparados
para ese encuentro. Esto puede hacerse en tres fases: a) cada persona presenta
su reflexión sobre el contenido de la sesión previamente facilitado. b) Se da
un tiempo para reflexionar y profundizar sobre lo escuchado. c) Los
participantes reflexionan sobre lo que se suscitó dentro de ellos y lo que más
les afectó de las aportaciones de los otros participantes.
9. Realizadas esas tres
tareas, los participantes en el grupo deben revisar y compartir su experiencia,
aquí y ahora, como experiencia de sinodalidad. Se trata de responder a la
pregunta ¿Qué hemos aprendido hoy sobre este caminar juntos?
10. El moderador hará la
síntesis de las aportaciones de los participantes. El grupo acordará (llegará a
un acuerdo) sobre su propuesta, qué elementos son los más importantes, lo que
quieren aportar como grupo a la asamblea que se reunirá a continuación para la
puesta en común de todos los grupos.
11. Un representante de
cada subgrupo compartirá la experiencia grupal vivida y el contenido acordado
en transmitir a la asamblea. Acabada la puesta en común, el equipo organizador
recogerá los aportes generados e informará de la siguiente etapa del proceso
sinodal diocesano. El encuentro acabará con una oración o canto de acción de
gracias.
12. El equipo sinodal
responsable de la organización y desarrollo del proceso sinodal local reflexionarán
sobre la experiencia vivida y harán el resumen de las aportaciones recibidas
cara a la síntesis diocesana a presentar a la CEE.
13. Si alguna persona no
puede asistir a una reunión, se debe hacer todo lo posible para comunicarse con
ella por los medios hoy disponibles. Es importante hacer un esfuerzo para
escuchar las voces de todos, especialmente de los marginados.
Para obtener más información sobre lo tratado se puede consultas la página web del Sínodo (www:synod.va). Y también hay mucha información en la web de la CEE y de los Obispados Españoles y en Youtube: Sinodalidad.
África de la Cruz