Quieres suscribirte al blog?

Colaborando con...

5 de enero de 2022

EVANGELIO DOMINGO 9-ENERO-2022(Lucas 3, 15-16.21-22). Reflexiones de Pagola

BAUTISMO DE JESÚS

 


En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:

Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:

Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto ( Lucas 3,15-16.21-22).

 

VIVIR CON EL ESPÍRITU DE JESÚS

Son bastantes los <<cristianos>> que se han quedado en la religión del Bautista. Han sido bautizados con <<agua>>, pero no conocen el bautismo del <<Espíritu>>. Tal vez lo primero que necesitamos todos es dejarnos transformar por el Espíritu que desciende sobre Jesús. ¿Cómo es su vida después de recibir el Espíritu de Dios?.

Es el momento de acoger a un Dios Padre que busca hacer de la humanidad una familia más justa y fraterna.

Quién no vive desde esta perspectiva no conoce todavía qué es ser cristiano.

El mundo ha de saber lo bueno que es este Dios que busca y acoge a sus hijos perdidos porque solo quiere salvar, nunca condenar.

La gente tiene que sentir la bondad de Dios en su propia carne.

CONFIANZA Y DOCILIDAD

Jesús vivió en el Jordán una experiencia que marcó para siempre su vida.

<<Los cielos se rasgan>>: ya no hay distancias; Dios se comunica íntimamente con Jesús. Se oye <<una voz venida del cielo: “Tú eres mi hijo querido. En ti me complazco”>>.

Jesús confía en Dios de manera espontánea. Se abandona a él sin recelos ni cálculos. No vive nada de forma forzada o artificial. Confía en Dios. Se siente hijo querido.

Por eso enseña a todos a llamar a Dios <<Padre>>. Le apena la <<fe pequeña>> de sus discípulos.

En tiempos de crisis de fe no hay que perderse en lo accidental y secundario. Hemos de cuidar lo esencial: la confianza total en Dios y la docilidad humilde. Todo lo demás viene después.

ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

Los textos que nos han dejado los primeros cristianos nos muestran que entienden su seguimiento de Jesús como un fuerte <<movimiento espiritual>>. Se sienten habitados por el Espíritu de Jesús. Solo es cristiano quien ha sido bautizado con ese Espíritu. <<El que no tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece>>. Animados por ese Espíritu lo viven todo de manera nueva.

Lo primero que cambia radicalmente es su experiencia de Dios. No viven ya con <<espíritu de esclavos>>, agobiados por el miedo a Dios, sino con <<espíritu de hijos>> que se sienten amados de manera incondicional por un Padre.

Cambia también su manera de vivir la religión. Ya no se sienten <<prisioneros de la ley>>, las normas y los preceptos, sino liberados por el amor.

Descubren también el verdadero contenido del culto a Dios. Lo que agrada al Padre no son los ritos vacíos de amor, sino que vivamos <<en espíritu y en verdad>>.

UNA EXPERIENCIA DECISIVA

Entre los teólogos se cita repetidamente un texto de Karl Rahner, considerado por él mismo como su testamento. La idea del teólogo alemán es clara: pronto no será posible la religión sin experiencia personal de Dios.

Ya no basta pertenecer más o menos pasivamente a una Iglesia.

En el futuro, para ser creyente cada uno tendrá que hacer su propia experiencia y descubrir que lleva en su corazón <<un misterio más grande que él mismo>> (H.U. von Balthasar).

La experiencia que vive Jesús al ser bautizado en el Jordán es modelo de toda experiencia cristiana de Dios.

El cristiano, lo mismo que Jesús, solo escucha una voz que puede transformar su vida entera: <<Tú eres mi hijo amado>>.

¿PARA QUE CREER?

Son bastantes los hombres y mujeres que un día fueron bautizados por sus padres y hoy no sabrían definir exactamente cuál es su postura ante la fe.

Son personas que poco a poco han arrinconado a Dios de su vida. Hoy Dios no cuenta en absoluto para ellas a la hora de orientar y dar sentido a su existencia.

No les preocupa que Dios exista o deje de existir. Todo eso les parece un problema extraño que es mejor dejar de lado para asentar la vida sobre bases más realistas.

Dios no les dice nada. Se han acostumbrado a vivir sin él. ¿Para qué creer?.

Esta pregunta solo es posible cuando uno <<ha sido bautizado con agua>>, pero no ha descubierto qué significa <<ser bautizado con el Espíritu de Jesucristo>>.

¿Para que creer? Para vivir la vida con más plenitud; para vivir incluso los acontecimientos más triviales e insignificantes con más profundidad.

¿Para que creer? Para atrevernos a ser humanos hasta el final; para no ahogar nuestro deseo de vida hasta el infinito; para permanecer abiertos a todo el amor, la verdad, la ternura que hay en nosotros. Para no perder nunca la esperanza en el ser humano ni en la vida.

 

José Antonio Pagola