LA
IGLESIA DEL FIN DEL MUNDO
Óscar Fortín
Cuando
Jorge Bergolio, cardenal de Buenos Aires, Argentina, fue elegido Papa en 2013,
inmediatamente fue llamado Papa “del fin del mundo.” Los especialistas de
Nostradamus y del monje Malaquías del siglo XI que predijo, en los años
1143-1144, los 112 Papas à venir,
pusieron de relieve el hecho de que el Papa Francisco era el último papa de la
lista y que respondía bien, como papa jesuita,
a las predicciones de estos dos profetas de que, él sería el último
Papa.
Con la llegada del Papa Francisco, la imagen de una Iglesia Santa Católica y Apostólica, sin olvidar la llamada infalibilidad, fue rápidamente reducida a una realidad que puso de manifiesto los escándalos, las manipulaciones, las omisiones sobre muchos hechos que estas mismas autoridades preferían silenciar. Lo que permaneció oculto pronto salió a la luz. Fue la toma de conciencia de abusos sexuales por parte de varios integrantes de esta institución. Fueron también los escándalos relacionados con la gestión del Banco del Vaticano y manejados por cardenales y obispos sin escrúpulos. Nos queda siempre sin respuesta las causas de la muerte del Papa Juan Pablo I, cuya muerte queda con interrogantes. A esto se suman las alianzas del Vaticano y varios episcopados con la gran potencia, Estados Unidos, que controla el mundo y es generoso con quienes cooperan con él. Habría toda una historia que contar sobre estas diversas alianzas donde "los pastores, en todos los niveles, se transforman en figuras políticas, detrás de la imagen que los presenta como representantes de Dios".
Hay
que reconocer en el Papa Francisco, el coraje que tuvo para que salgan a luz
esos escándalos. Muchos cristianos y cristianas
denunciaron, públicamente, toda esta doble vida, protagonizada por
quienes dirigen la Iglesia: sacerdotes, obispos, cardenales y sin olvidar a la
Curia Romana, una verdadera CIA del Vaticano. En la misma línea, muchos
creyentes alzan la voz para denunciar a estos personajes de doble cara. Todo
esto lleva al Pueblo de Dios a desvincularse cada vez más de estos personajes
en los que habían depositado toda su confianza. La credibilidad que podrían
haber tenido en ellos se deteriora día a día. Atrás quedaron los días en que se
les permitía cualquier cosa. La fe, don de Dios, se basa ante todo en el
testimonio y el mensaje que Jesús de Nazaret dejó a todas las personas de buena
voluntad. No se puede servir a dos maestros a la vez, nos dice Jesús
Nazareno. El “dejarlo todo para seguir a
Jesús” no se nota mucho cuando vemos a estos personajes, vestidos de tejidos
finos, con aire patriarcal.
Al
lanzar el gran movimiento de la Sinodalidad, a nivel de la Iglesia universal,
el Papa Francisco abre la puerta a todos los cristianos del mundo para que
ellos mismos se hagan cargo de la organización de su propia vida de fe con todos
los recursos y poderes que el Evangelio de Jesús de Nazaret pone a su
disposición. Ya, Él y su Espíritu están presentes en cada persona. También
tienen los mismos poderes que Jesús confió a Pedro: "lo que atares en la
tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado
en el cielo". Este mismo poder se da también a la comunidad de los
cristianos, unidos en la fe. A estos, Jesús les dijo las mismas cosas que le
dijo a Pedro.
“Mateo
16,19: a Pedro: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que
ates en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates en la
tierra quedará desatado en los cielos.
Mateo
18,18: al Pueblo “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará
atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el
cielo. "
LOS PRIMEROS PASOS DE LA IGLESIA
DEL FIN DE LOS TIEMPOS
Ya, sólo en esta etapa, la Iglesia como institución que conocemos en las jerarquías católicas y los poderes del Estado Vaticano está en vía de desaparecer sin que sea para los creyentes el fin de la fe cristiana y del Pueblo de Dios. De una Iglesia institucional unipolar pasamos gradualmente a una Iglesia multipolar, rica en toda la diversidad humana, sostenida por el Resucitado y animada por su Espíritu que distribuye sus dones como le parece. Esta presencia viva del Resucitado y de su Espíritu es el fundamento de nuestra fe y la fuente del cumplimiento de la voluntad del Padre, más atenta a nuestra fraternidad que a rituales que no la tienen en cuenta.
Estamos
pasando de una Iglesia unipolar a una Iglesia multipolar. Esta última ya no se
basa en la Institución de la Iglesia que hemos conocido durante siglos, sino en
centenares de comunidades de todas las partes del mundo. Esta última deja
espacio a las comunidades locales de creyentes que deciden por sí mismas del
camino a seguir para testimoniar del Espíritu de Jesús de Nazaret en su propio
entorno. El “Amaos los unos a los otros” es el mandato más importante de Jesús
a sus discípulos." Este mandato se aclara con lo que nos dijo Jesús, poco
tiempo antes de ser crucificado, que seremos juzgados.
El
juicio sobre las naciones” Mateo 25: “el culto que más agrada al Padre”
“Cuando venga el Hijo del hombre rodeado de
esplendor y de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de
él, y él separará a unos de otros como el pastor separa las ovejas de las
cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y
las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey
a los de su derecha: ‘Venid vosotros, los que mi Padre ha bendecido: recibid el
reino que se os ha preparado desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer,
tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibisteis, anduve sin ropa y me vestisteis, caí enfermo
y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a verme.’ Entonces los justos preguntarán: ‘Señor,
¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de
beber? ¿O cuándo te vimos forastero y te recibimos, o falto de ropa y te
vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’ El Rey les contestará: ‘Os aseguro que todo
lo que hicisteis por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo
hicisteis.’
“Luego dirá el Rey a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos: id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me recibisteis, anduve sin ropa y no me vestisteis, caí enfermo y estuve en la cárcel, y no me visitasteis.’ Entonces ellos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o falto de ropa, o enfermo o en la cárcel, y no te ayudamos?’ El Rey les contestará: ‘Os aseguro que todo lo que no hicisteis por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicisteis.’ Estos irán al castigo eterno, y los justos, a la vida eterna.”
Si
hay una moral que obliga a cualquier persona de buena voluntad, es la de este
Juicio Final. Nadie puede escaparse de ella que indica el camino a seguir para
entrar en la casa del Padre como nos revela el libro del Apocalipsis:
“Entonces
vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no existe más. Y vi la ciudad santa, la Nueva
Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una novia ataviada
para su marido. Y oí una gran voz desde el trono que decía: ¡He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres! Él morará con ellos, y ellos serán su
pueblo, y Dios mismo estará con ellos. Enjugará toda lágrima de sus ojos, y la
muerte no será más, y no habrá lamento, ni llanto, ni dolor, porque las
primeras cosas pasaron. Y dijo el que estaba sentado en el trono: He aquí, yo
hago nuevas todas las cosas. Y él dijo: Escribe; porque estas palabras son
ciertas y verdaderas. Y él me dijo: ¡Hecho está! Soy el alfa y el omega, el principio
y el fin.
CONCLUSIÓN
A
partir del momento en que se anticipa el paso de una Iglesia unipolar a una
Iglesia multipolar a partir de las decisiones resultadas del Pueblo de Dios, a
través la sinodalidad, todas las autoridades de la "Institución eclesial"
ya no son necesarias en la Iglesia multilateral. Lo que estamos viviendo
actualmente nos obliga a asumir por nosotros mismos la cotidianidad de nuestra
fe que nos conduce a la solidaridad con todos y todas que sufren lo que está
sucediendo. El amor de los unos con los otros se impone más que nunca. "Yo
les reconoceré no por lo que dicen sino por lo que hacen"
En la fe, tenemos el privilegio de contar con Jesús de Nazaret, el Hombre que venció la muerte y a quien, el Padre le dio todos los poderes para abrirnos las puertas de la casa del Padre. Nunca olvidemos que él está siempre en el corazón de nuestra vida y con el cual podemos hablar con toda confianza.
La humanidad, creada a imagen de Dios Padre, debe recuperar su verdadera naturaleza, a la que nos conduce Jesús, el salvador de nuestra humanidad. En él nos espera un mundo nuevo, liberados de las fuerzas del mal, para experimentar plenamente la gran fraternidad humana en la persona del Resucitado. Para los cristianos y las personas de buena voluntad, la muerte no es aniquilamiento, sino renacimiento a la imagen del Padre y del Hijo.
Detrás de los sufrimientos que vivimos está la esperanza de un nuevo día y un nuevo mundo que nos llenará con la plenitud de una eternidad de felicidad.
Óscar
Fortín
Tomado de Fe adulta