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12 de enero de 2022

Vivimos Navidad hasta el 2 de febrero

 

El Papa denuncia que es "muy triste el funcionarismo clerical" e invita, como los magos, a "soñar, buscar y adorar"


"Él es la estrella polar que ilumina los cielos de la vida y  orienta los pasos hacia la alegría verdadera"

"Un gran pintor, Van Gogh, escribía que la necesidad de  Dios lo impulsaba a salir de noche para pintar las estrella"

"Nosotros somos lo que  deseamos. Porque son los deseos los que ensanchan nuestra mirada e impulsan la vida a ir más allá"

"¿No estamos, desde hace  demasiado tiempo, bloqueados, aparcados en una religión convencional, exterior, formal, que ya no  inflama el corazón y no cambia la vida? ¿Nuestras palabras y nuestros ritos provocan en el corazón  de la gente el deseo de encaminarse hacia Dios o son “lengua muerta”, que habla sólo de sí misma y a sí misma?"

"Es triste cuando una comunidad de creyentes no desea más y, cansada, se arrastra en  el manejo de las cosas en vez de dejarse sorprender por Jesús, por la alegría desbordante e incómoda del Evangelio. Es triste caer en el funcionarismo clerical. Es muy triste".

"La crisis de la fe, en nuestra vida y en nuestras sociedades, también tiene relación con la  desaparición del deseo de Dios"

"Necesitamos una fe valiente,  profética, que no tenga miedo de desafiar a las lógicas oscuras del poder, y se convierta en semilla  de justicia y de fraternidad"


En la fiesta de la Epifanía, el Papa Francisco, rodeado de 21 cardenales y 19 obispo y muchos sacerdotes y fieles, invita a seguir, como los magos “con ojos que son ventanas abiertas al cielo”, al Niño que “es la estrella polar que ilumina los cielos de la vida y orienta los pasos hacia la alegría verdadera”. Y como ellos también, dejarnos guiar por su secreto: “saber desear”. Porque “somos lo que deseamos. Porque son los deseos los que ensanchan nuestra mirada e impulsan la vida a ir más allá”.

 


Por eso, el Papa invita a los creyentes a ir “a la escuela del deseo” de los magos, porque “la crisis de la fe, en nuestra vida y en nuestras sociedades, también tiene relación con la desaparición del deseo de Dios”. Ese deseo nos llevará a “una fe valiente, profética, que no tenga miedo de desafiar a las lógicas oscuras del poder, y se convierta en semilla de justicia y de fraternidad”.

 

Y, una vez más, en una homilía profunda, brillante y valiente, el Papa interroga a la Iglesia: “¿No estamos, desde hace demasiado tiempo, bloqueados, aparcados en una religión convencional, exterior, formal, que ya no  inflama el corazón y no cambia la vida? ¿Nuestras palabras y nuestros ritos provocan en el corazón  de la gente el deseo de encaminarse hacia Dios o son “lengua muerta”, que habla sólo de sí misma y a sí misma?”

 

El Papa y los niños reyes magos

Y concluye entristecido: "Es triste cuando una comunidad de creyentes no desea más y, cansada, se arrastra en  el manejo de las cosas en vez de dejarse sorprender por Jesús, por la alegría desbordante e incómoda del Evangelio. Es triste caer en el funcionarismo clerical. Es muy triste”. Tristes, pero esperanzados, porque “incluso en las noches más oscuras brilla  una estrella”.

 

06.01.2022 José Manuel Vidal

Religión Digital