Itzamná
Ollantay
Ante
la operación militar de Rusia para finalizar la violencia descomunal desatada
por el Gobierno de Ucrania sobre las poblaciones rusohablantes en dicho país,
la humanidad comenzó a prestarle atención a lo que ocurría y ocurre en aquel
“desconocido” rincón del mundo, aunque siempre con limitadas fuentes de
información o con alta dosis de infotoxicidad al respecto.
La
Unión Europea hiere de muerte a la libertad de prensa
Para
los pueblos de Abya Yala, los mundos de Asia y Medio Oriente, entre otros, son
mundos desconocidos, no sólo por los idiomas diferentes, sino porque para las
corporaciones mediáticas que tienen hegemonía en nuestra región simplemente no
les interesa mostrarnos dichas realidades.
¿Cuántos
de nosotros sabíamos que en la región de Donbass, por ejemplo, poblaciones
completas estaban siendo exterminadas por el régimen de Kiev únicamente por ser
rusófonas? ¿Cuántos de nosotros sabíamos que a los habitantes de Crimea el
régimen de Kiev, desde hace ya ocho años, les secuestró y cerró el acceso al
agua dulce? ¿Sabíamos que el conflicto de Ucrania era un negocio seguro para
que EE.UU. termine vendiendo gas natural a Europa, evitando a los rusos como
proveedores?
Medios de información masiva como RT y Sputnik, desde los mundo rusos, alivian en buena medida aquel “silencio” mediático y nos ayudan a ver y formarnos una opinión equilibrada sobre lo que ocurre en esa y otras partes del mundo.
Pero,
muy a pesar que la humanidad, en especial Europa, padece déficit informativo
sobre lo que ocurre en Ucrania, y ante la inclemente hegemonía mediática made
in USA, la Unión Europea (UE) acaba de prohibir la emisión de los medios
informativos rusos como RT y Sputnik en el territorio europeo.
Esta
decisión es una constatación de un total retroceso en los avances del derecho a
la información que asiste a la humanidad.
Es
explicable que la UE-EE.UU./OTAN tomen medidas en contra del Gobierno ruso por
el conflicto en Ucrania. Pero, restringir a la población su derecho a la
información diversa es injustificable y deplorable desde todo punto de vista.
Con esta medida no “atacan al Gobierno ruso”, agreden a toda la humanidad que
creemos y apostamos por la democracia integral e informada.
Quienes
conocemos el modus operandi del régimen hegemónico, y sobre todo lo tendencioso
que son sus medios de desinformación, no estamos dispuestos a renunciar a
nuestro derecho a la información establecido en normas internas e
internacionales.
Sabemos
lo que hicieron en Bolivia, Argentina, Honduras… (por mencionar algunos países
donde gobiernos defactos prohibieron la señal de teleSUR para aporrear y
masacrar a los pueblos ante la complicidad silente de CNN y las corporaciones
mediáticas de las industrias armamentistas) En Ucrania hacen lo mismo.
Y,
si la UE avanza en la dirección en la que va, más temprano que tarde terminará
engendrando a su nuevo Hitler, antisujeto del derecho a la información.
Los pueblos originarios de Abya Yala, sobrevivientes a los genocidios recientes y de antaño, sabemos lo que significa el “silenciamiento de los medios de información”. Los genocidas clausuran o prohíben a los “incómodos” medios con la finalidad de ejecutar delitos de lesa humanidad en la oscuridad, sin cámaras, ni micrófonos.
Tomado
de Telesur (Venezuela)