Palabras a Voleo
Martín Valmaseda
LOS OJOS...
de
esos ojos que
habla el himno
litúrgico: "Mis ojos, mis pobres
ojos que acaban de
despertar los hiciste
para ver, no sólo para
llorar".
Tenemos los ojos para ver y para mirar, aunque no es lo mismo. Hay personas, especialmente los políticos y responsables de comunidades, como los párrocos, maestros, periodistas,,, que son muy hábiles en mirar hacia otro lado para no darse cuenta de lo que sucede, y hablar de otras cosas, no del sufrimiento de pobres, emigrantes, etc...
Al
contrario Jesús de Nazaret,
era especialista en
fijar su mirada triste o
cariñosa sobre lo que
sucedía frente a él,
preferimos reflexionar sobre
las miradas de Jesús
Ese
Jesús que miraba
de frente, que no
hacía como que veía---..
El
que cuando aquel
muchacho que había
cumplido los mandamientos se ganó la mirada amorosa de Jesús,
pero lo puso triste
cuando no se
atrevió a dejar
en manos de los pobres
su porvenir para seguirle a El.
El
Jesús que miró
con tristeza a los "teólogos" de su
época cuando no
querían que curase en
sábado al de la
mano paralítica, porque el
sábado era más importante que
la compasión.
Ese
Jesús que se fijaba
en el publicano bajito que
había trepado al árbol y
le pedía que le
invitase a comer en su casa porque los enfermos
tienen mas necesidad de médico
que los
que se creen
sanos... que se
fijaba en los
niños despreciados en
aquella sociedad.
Que
los dejaba crecer
olvidados en brazos de sus
madres, que para
eso estaban...
Tal
vez nosotros podríamos alguna
vez agarrar los evangelios y
dar un repaso a las miradas de Jesús.
No fijarse en los ojos altivos
del pantocrátor o en los furibundos del Miguel Angel de la capilla
sixtina... y repasar
todos los evangelios
aprendiendo de las miradas de Jesús
que no sólo
veía y miraba sino
que fijaba los ojos en las
personas y a
través de ellos leía en sus
corazones sus angustias, esperanzas,
desconciertos... y nos pregunta.
¿Que hacemos cada
uno de nosotros que
hacemos con nuestros
ojos?