Dad gracias al Señor (salmo 117)
Rafael Prieto
El Siervo de Yavé ha sido ungido
y con él serán todos los pobres.
El crucificado fue exaltado
y los marginados estarán a su derecha.
Es la victoria del amor.
Por un momento la violencia y la injusticia se impusieron.
Por un momento la sangre y las tinieblas avanzaban.
Los gemidos de los pobres se fundieron en un grito.
Fue un momento.
Al tercer día la aurora se vistió de fiesta y primavera.
Los vientos del Espíritu levantaron al caído.
Y hubo cantos de victoria en las tiendas de los justos.
Al tercer día fue el triunfo del amor.
Empezó a dibujarse un mundo nuevo.
Y se echaron los cimientos de una nueva sociedad.
Su construcción es laboriosa.
Pero un final feliz desde Cristo,
piedra angular del edificio,
está victoriosamente asegurado.
Dad gracias al Señor, porque es bueno,
Porque es eterna su misericordia.
Digan los hijos de Dios:
eterna es su misericordia.
Digan los pequeños y los pobres:
eterna es su misericordia.
Digan todos los marginados:
¡qué grande es su dulce amor ¡
El Hijo de Dios ha resucitado.
Y con él podemos resucitar nosotros cada día.
Los Otros Salmos
Colaboración de Juan de la Cruz