Oramos juntos
Soy
tuyo. Hazme caer en la cuenta de que te pertenezco a ti precisamente porque soy
miembro de tu pueblo. No soy individuo aislado, no tengo derecho a reclamar atención
personal, no me salvo solo.
Es verdad que tu señor, me amas con amor personal, cuidas de mi y diriges mis pasos uno a uno, pero también es verdad que tu manera de obrar entre nosotros es a través del grupo que has formado, del pueblo que has escogido. Haz que me sienta parte de tu rebaño, señor. Haz que me sienta responsable, sociable, amable, hermano de mis hermanos y miembro vivo del género humano.
No
me permitas pesar ni por un momento que puedo vivir por mi cuenta, que no
necesito a nadie, que las vidas de los demás no tienen nada que ver con la mía….No
permitas que me aísle en el orgullo inútil o engañosa autosuficiencia, que me
vuelva solitario, que sea un extraño en mi propia tierra….
Haz
que me sienta orgulloso de mis hermanos y hermanas, que aprecie sus cualidades
y disfrute con su compañía. Haz que yo contribuya a la vida de los demás y
permita a los demás contribuir a la mía. Que sea yo amante de la comunidad y
que se note en cada gesto y en cada palabra. Que fragüe con ellos la unidad común.
Tu eres la raíz de nuestra unidad.