¿Cómo opera la guerra mediática?
Asistimos a un bombardeo de datos. Es estar en medio
de una selva, escapando de las bombas que caen una tras otra, una tras otra. |
Foto: Cortesía
Por: Patricia Villegas M. - Presidenta de teleSUR
Convertidos
en expertos de una y otra cosa, a cuenta de la sobre información, que nos
entrega esa sensación de saciedad, pero que en la práctica constitiuye un
mecanismo efectivo para que tengamos la posición que el hegemón ha construído para
ser consumida por millones.
Mientras
escribo, escucho el reporte de nuestro colega en Perú.
Nuevamente
el Presidente Pedro Castillo enfrenta un pedido de vacancia para sacarlo del
poder. Una de las razones, tiene que ver con una declaración al Canal CNN en
español; en ella, según ese medio, el Presidente se habría comprometido a dar
algún tipo de solución para que Bolivia logre una salida al mar.
Recuerdo que días después de ese diálogo, tuve la oportunidad de conversar con la ahora, exministra de la Mujer de ese país y preguntarle si conocía las razones por las cuales se había dado ese encuentro televisivo y le mostré una nota recientemente publicada en la que se indicaba cómo justo CNN en su versión original, había perdido 80 % de sus espectadores
Cuento
este episodio, porque aún hoy, hay algunos sectores en nuestra región que
caminan descreídos del escenario de guerra que se libra en los medios de
Comunicación y otorgan, como en este ejemplo, un rol de periodismo, a quienes
desde hace rato abandonaron la profesión, pero se amparan en ella, y son en
realidad agentes de desestabilización de todo lo que esté por fuera de la
estrategia del PODER. Los medios pues, NO solo son armas de guerra, son el escenario
mismo de la guerra.
Aún
recuerdo a ese mismo “periodista” (con el que habló el Presidente Castillo,
que, por cierto, logró por mínima diferencia, vencer este episodio
destituyente), recibiendo premios de los golpistas bolivianos, tras haber
logrado un cambio de régimen en ese país en el año 2019.
Por
tanto, lo primero que hay que decir, sin que lo dudemos, es que en ese Canal de
TV que a Ud. le gusta, ese periódico que Ud. suele leer, esa radio en la que
ponen la música que le transporta, ha sido escogido para que Ud. defienda esos
intereses y haga parte de la estrategia de sumarlo a un bando de la historia en
determinada coyuntura.
Decir
esto en un país como Venezuela, pareciera una ingenuidad, pues, junto a Cuba y
recientemente a Nicaragua, Bolivia (tras el golpe de Estado), la ciudadanía
asume que los medios son parte del entramado de intereses y, por tanto, ya los
despojó de esa idea de objetividad e incluso neutralidad que históricamente nos
han dicho que tienen. Recientemente en Bolivia se dio a conocer el estudio
patrocinado por una fundación alemana, en el que 8 de cada 10 de los
consultados, consideran que los medios son actores políticos y el 72 % de las
personas consideran que los medios “informan de acuerdo a sus intereses”.
En
otros países, donde hasta hace unos años, este debate era calificado como
producto de las ideas conspiranoicas de los izquierdistas, empezamos a tener
evidencias que amplios sectores ciudadanos dudan de los medios hegemónicos y
por tanto han buscado otras fuentes de información. Caso Colombia, en pleno
estallido social en 2020 o Chile en el mismo proceso social, político y
cultural en el año 2019.
De
hecho, estas encuestas de CELAG (Centro Estratégico de Pensamiento Latino
Americano), realizadas en distintitos países de la región, muestran cómo avanza
ese descrédito de los medios tradicionales, cada vez más incapaces de maquillar
sus posiciones y el crecimiento del consumo de información en otros medios,
fundamentalmente redes sociales.
Tomado de teleSUR