Graves
daños retratan la operación ilegal de empresas mineras en Chinautla
La
policía y las mujeres mayas Poqomam en resistencia. Foto: Juan Rosales.
La
resistencia antiminera en el municipio de Chinautla se encuentra en una lucha contra
dos areneras grandes que han operado en el municipio desde hace 25 años; las
licencias para explotar los recursos del municipio se vencieron y los
integrantes de la resistencia no quieren a las areneras.
“Ya
no queremos la arenera aquí, para que se forme otra vez la tierra como estaba
hace 30 años”. Idalia Salacan.
Por
Juan Rosales
Doce kilómetros hay desde el centro histórico de la Ciudad de Guatemala hasta el punto donde se encuentra instalada la resistencia de las autoridades indígenas del pueblo maya Poqomam en el municipio de Chinautla, que luchan en contra de la extracción de arena de río y de piedrín por parte de las compañías La Primavera y piedrinera San Luis. Ambas se encuentran con sus licencias de explotación expiradas, aun así, los camiones de volteo son una constante en el camino hacia las areneras y la comunidad Santa Cruz.
La
entrada para la arenera la Primavera veda el acceso a otra comunidad, que debe
de entrar por su garita para poder acceder sus casas. Foto: Juan Rosales.
La
entrada a la piedrinera San Luis perdió su licencia para la explotación el 25
de junio del 2022. Foto: Juan Rosales.
Maquinaria
pesada de la piedrinera San Luis dragando arena de los bancos del río las
Vacas.
La piedrinera San Luis, en operaciones a pesar de su licencia vencida. Foto: Juan Rosales.
Las
empresas areneras y piedrineras más grandes en Chinautla han provocado graves
problemas sociales con la población maya Poqomam, casas con grietas, destruidas
completamente, contaminación y destrucción del ecosistema local. Una de las
licencias venció desde diciembre de 2021 y la otra el 25 de junio de este año.
Las autoridades ancestrales de este pueblo han aprovechado para luchar en
contra de la renovación de las licencias y exigir su salida del municipio.
La
demanda de los pobladores por la salida de las areneras es un punto inflexible
en su plataforma de lucha en contra de estas formas de minería. Las amenazas de
los dueños de las areneras, presión de la policía e intimidación de los
camioneros, son parte de lo que tiene que enfrentar la resistencia.
A
pesar de estar operando de manera ilegal, el Estado de Guatemala permite, a
través de diversos vericuetos, que estas dos empresas sigan en funciones. Sin
una consulta popular, sin estudios de impacto ambiental, las areneras no dejan
sus modos de producción extractivos y la resistencia se asienta en la población
que ya se cansó de vivir en condiciones en las que sus viviendas y sus familias
se ven expuestas a un peligro latente y continuo.
Otro
problema que deben enfrentar los comunitarios es la grave contaminación de los
ríos cerca de su comunidad. Foto: Juan Rosales.