Te
doy gracias, Señor (salmo 137)
Te
doy gracias, Señor,
porque
todo en mi vida es gracia, puro don.
Te
doy gracias por tu providencia que palpo
en
el detalle, pensado para mí,
en
el encuentro, en la llamada,
en
la inspiración o presentimiento,
en
el segundo oportuno que me libra,
segundos y segundos de gracia.
Te
encuentro en el aire que respiro,
en
la flor que admiro,
en
el hermano y en el amigo,
en los ángeles que están conmigo.
Yo
creo en los ángeles, pero sin alas,
ángeles
que enseñan, que guardan,
que
sirven, curan, consuelan,
que
liberan y levantan,
y
orientan y asemejan,
ángeles
de la esperanza,
y
ángeles que purifican,
no
sé si con fuego o con palabras.
Todo
hermano verdadero
es
un ángel de la guarda.
Puedes
poner tú el nombre.
Hay
ángeles y ángeles.
Delante
de los ángeles,
y
con los ángeles y por los ángeles,
te
daré siempre gracias.
Son
una parte de tu misericordia encarnada.
No
dejes, oh Dios, de protegerme,
completa
conmigo tus favores y tu gracia.
Que
tu misericordia es eterna,
nunca
se agota ni se cansa.
LOS
OTROS SALMOS
Colaboración de Juan García de Paredes