En
Cobán presentan nuevo Informe sobre Desarrollo Humano; Gobierno censuró el
original
“Vamos cuesta abajo, yendo al vacío, porque la cosa no parece que vaya a cambiar. En el informe se cuida de no mencionar la corrupción como la principal causa del bloqueo al desarrollo humano en el país, ya que está representada en el presidente Alejandro Giammattei y su corte de corrupción”. Sacerdote Sergio Godoy
Por
Francisco Simón y Elías Oxom
El 29 de junio de 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), debió publicar su informe 2020 sobre Guatemala, respecto al Desarrollo Humano titulado “La celeridad del cambio: hacia una mirada territorial del desarrollo humano”, sin embargo, la representante residente de ese organismo internacional, Ana María Díaz, de forma unipersonal accedió a la presión del presidente Alejandro Giammattei y su gabinete de gobierno para censurar el informe, que fue elaborado por ocho investigadores reconocidos en el país.
Ante
esa censura, los destacados académicos y académicas, que participaron directamente
en la elaboración del informe, enviaron una carta a la representante Díaz, el 2
de marzo, en la que pidieron que sus nombres no aparecieran en la nueva versión
que estaban preparando.
El informe original era muy complejo, profundizaba con evidencias la complejidad de la desigualdad en Guatemala, en un periodo histórico de cinco años, que abarcaba del 2017 al 2020, con datos estadísticos, bibliográficos, narrativos y trabajo de campo centrado particularmente en los territorios.
Los resultados de ese trabajo, sin embargo, no se publicaron de manera oficial,
pero un medio de comunicación filtró el documento, en el que se describe como
la pobreza, la inseguridad alimentaria, los problemas ambientales, el despojo
de las tierras y la imposición de proyectos extractivistas en territorios de
pueblos originarios, perjudican a las personas que viven en las provincias del país
y que los obligan a migrar de sus pueblos y comunidades de origen. Esos
hallazgos fueron los que incomodaron al presidente Giammattei.
No obstante, pese a la oposición de los investigadores, de 14 personas que integraron el Consejo Consultivo para el Informe Nacional de Desarrollo Humano y el rechazo de diversos sectores académicos, la entidad de las Naciones Unidas con presencia en Guatemala, presentó este 11 de julio en un hotel de Cobán, Alta Verapaz, un año más tarde, los resultados de un nuevo informe, abordado de una manera diferente, con datos alterados y posiblemente manipulados a petición del gobierno.
Uno
de los cambios de fondo se destaca en el titular del documento, el título de la
versión original lo situaron en segundo plano y el periodo histórico abarca de
2002 al 2019, sin explicar la metodología que se utilizó para abordarlo. Por
ejemplo, al levantar la información en campo no se consideró la parte
lingüística de los sujetos de estudio.
Algunos
hallazgos del informe
Este
nuevo informe dice lo contrario, comparado con el que fue censurado por el
gobierno de Guatemala. Los resultados indican que en la región del altiplano
Centro Occidental, los índices más altos de desarrollo humano se concentran en
las cabeceras departamentales del territorio y en los municipios conurbados,
donde se ha producido la mayor expansión urbana.
Las mejoras de desarrollo humano se explican en particular por los avances en la escolaridad media y la esperanza educativa, reflejados en el índice de educación, dimensiones que han mejorado significativamente, incluso en las zonas mayoritariamente rurales e indígenas. Aunque el incremento en la calidad de vida reflejado en el índice de ingresos tuvo un desempeño muy bajo, menor al 0.5 % anual.
Mientras
que, en la región de los Cuchumatanes, la migración es un factor predominante
en el territorio, pero no aborda la importancia de las remesas en la economía
familiar-local y las causas que empujan a la población a tomar una decisión
difícil de salir de su pueblo, quedaron poco explicadas.
En
resumen, se ha visto que la salida de población de los Cuchumatanes hacia
Estados Unidos, que se da desde finales del siglo pasado es parte de los
procesos históricos de movilidad, impulsados por la necesidad y la lucha por la
sobrevivencia.
Según
el informe, las tierras bajas del Norte, tienen una característica peculiar y
es su significativa contribución a la seguridad alimentaria del país y la
importancia de la agricultura. Esa descripción refleja una debilidad al arrojar
los resultados, ya que no reconoce que la lucha de sobrevivencia de los pueblos
de esa región se da por sus propios medios y formas de vida y organización y no
con el apoyo del gobierno. Por ejemplo, la cocina campesina, agroecológica e
indígena es un proyecto del buen vivir, que ha impulsado la población maya
Q’eqchi’ desde la parcela diversificada y el mercado campesino.
Además,
los resultados de los desalojos, la quema de viviendas y la migración forzada
provocada por la criminalización de terratenientes quedaron invisibilizados. La
única realidad que enfatizan es en la producción de la palma africana y sus
efectos.
“Al
cultivo de palma aceitera se le atribuyen varios problemas ambientales y
agrícolas en su producción, como la erosión del suelo y cambio de uso de suelo,
que en algunos casos implica deforestación; posible contaminación de fuentes de
agua en aquellos casos en los que haya una aplicación inadecuada de
fertilizantes y pesticidas por la falta de adopción de buenas prácticas
agrícolas, y el riesgo de desplazamiento de otros cultivos”, cita el informe.
Otro
dato que se refleja en el estudio es en cuanto a la presencia de las
hidroeléctricas en esa región. señala que la ejecución de los proyectos
conlleva también la compra y venta de la tierra para su concretización, pero no
identifica la apropiación ilegal de las tierras de los campesinos por parte de
las empresas transnacionales, ni los casos de persecución y encarcelamiento de
dirigentes comunitarios, como el caso de Bernardo Caal.
“Desde
la perspectiva de muchos habitantes, eso genera desconfianzas e incertidumbre.
La conflictividad se exacerba porque la mayoría de los pobladores carecen de
información confiable”, concluyó.
Nuevo
informe y posible censura
Aunque
el gobierno censuró el informe original, por fin salió uno más o menos y no
niega lo evidente, que Guatemala, está en uno de los últimos lugares en materia
de Desarrollo Humano en Latinoamérica, dice el sacerdote católico de Cobán,
Sergio Godoy.
“Vamos
cuesta abajo, yendo al vacío porque la cosa no parece que vaya a cambiar. En el
informe se cuida de no mencionar la corrupción como la principal causa del
bloqueo al desarrollo humano en el país, ya que está representada en el
presidente Alejandro Giammattei y su corte de corrupción”, reconoció el cura en
una entrevista a Prensa Comunitaria.
El
sacerdote agregó que es del dominio público que el presidente presionó para que
no se publicara el informe el año pasado. “No le convenía ni le conviene que se
hable de la corrupción, como una de las principales causas de que estemos muy
mal en materia de desarrollo, en el tema de desigualdad de oportunidades en el
área rural, para niñez y juventud”, destacó.
Al
mismo tiempo, Godoy cuestionó la manera de cómo se aborda el tema de migración.
Según el sacerdote, este fenómeno está solucionando la crisis del país, porque
está subiendo la economía, gracias a las remesas que envían los migrantes. “La
gente migra por este sistema y este gobierno no les ofrece las oportunidades,
hay un sistema injusto al que no le interesa redistribuir la riqueza que se
genera acá en el país”, dijo.
Para
el caso de la región norte del país, el sacerdote enfatiza que las causas de la
pobreza y la desnutrición persisten en ese lugar ante la falta de voluntad
política y porque el gobierno protege los intereses de las élites económicas.
“Históricamente el indígena ha sido marginado de oportunidades, la población
maya ha sido marginada del acceso a una vida digna y el acceso a la educación
para los niños en el mundo indígena sigue siendo todavía un sueño, sobre todo
al acceso a la educación de calidad”, concluyó.
Por
su parte Patricia Cortés, médica y presidenta de la Asociación Médica de Alta
Verapaz dice que “la situación del país es bien conocida, que no es nada bueno,
realmente el informe no dice nada bueno del país, obviamente es evidente que el
país no ha mejorado, aunque el informe lo hubieran maquillado”.
Cortés
asegura que los resultados son horribles y el grupo que menos privaciones tiene
son los ladinos. Lo más molesto según ella, fue el hecho del 2020 al 2022,
cuando el desarrollo se detuvo y eso no se plantea en el informe. “El
representante del gobierno quien recibió el informe dijo que aceptaban los
resultados porque es parte de la libre emisión del pensamiento, que ellos ya
saben cómo está la situación, en general o en resumen esto fue lo que dijeron”,
resumió.
La
médica agregó: “a pesar de que se pudo haber maquillado el informe, sigue
diciendo que estamos mal, que seguimos expulsando gente, no veo que haya
mejoría, tampoco que el gobierno actual quiera asumir que las condiciones no
mejoran, tampoco quiere hacer nada al respecto”.
Durante la presentación del informe en Cobán, Ana María Díaz, la representante residente del PNUD en Guatemala indicó que la investigación tiene una mirada estructural y no coyuntural de la realidad y es el doceavo informe que se presenta en el país.