BODAS
DE ORO
DE
JUAN Y MARICARMEN
23
de Julio de 2.022
1.- Introducción (José
Antonio)
“Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos, el que permanece en mí, y yo en él, ese da fruto abundante, porque
sin mí no podéis hacer nada”
Una vida unida a Jesús, permaneciendo en Él da fruto y fruto abundante. Quizás no el que nosotros esperamos pero sí el que Dios quiere. Y aquí los vemos, a Juan y a Maricarmen, que contrajeron matrimonio hace cincuenta años y han constituido una familia unida, a pesar de las serias dificultades, que siguen enfocando su vida descentrados de sí mismos y dispuestos en todo momento a ayudar al que lo necesita. Compasivos y misericordiosos como el Padre nos quiere. Por eso estamos aquí para dar gracias a Dios por los cincuenta años vividos unidos porque han puesto su confianza en Jesús. Ahora Maricarmen nos va a relatar como han transcurrido estos años.
2.- Relato de los
cincuenta años vividos juntos (Maricarmen)
Nuestra
vida, nuestro matrimonio han estado alimentados y fundamentados en Jesús de
Nazaret, un día lo descubrimos y decidimos seguirle, vivir cerca de Él, unido a
Él. Fue en el seno de la familia marianista donde nos enamoramos, allá por los
años setenta del siglo pasado, en la parroquia de María Reina, en el barrio de
Vallecas. Los marianistas, las comunidades marianistas han estado muy presentes
en nuestra vida matrimonial y familiar desde el momento de nuestra boda.
Ya
casados, y viviendo en Barcelona, no perdimos el contacto con la parroquia de
Vallecas. Los marianistas nos visitaban con frecuencia en la ciudad condal y
nosotros aprovechábamos cualquier ocasión para volver al barrio, donde yo había
vivido mi infancia y adolescencia, ya que era muy joven cuando uní mi vida a la
de Juan. Nuestro contacto con la comunidad de Vallecas va ampliando nuestra
mirada y descubriendo un mundo de pobreza y mucho sufrimiento. Se va incubando
en nosotros la convicción de que el seguimiento de Jesús te lleva a un
compromiso con los pobres. El crisma marianista va calando en nuestras vidas.
Después
de varios años en Cataluña recalamos en Cádiz y buscamos una comunidad donde
vivir y celebrar nuestra fe. La comunidad, existente entonces, en el Oratorio
nos acogió y allí retomamos nuestra participación en la vida comunitaria. Era,
más o menos, final del siglo pasado y tuvimos la suerte de participar en el
Sínodo Diocesano que se convocó con motivo del cambio de siglo. El grupo
sinodal que se constituyó en el Oratorio posibilitó la presencia de uno de
nosotros en la Asamblea General que formando parte con otros marianistas se
originó un grupo muy activo sobre todo en el trabajo del Cuarto Objetivo: La
opción por los pobres. Llegando a presentar una propuesta de constitución de
una Vicaría de la Solidaridad que fue muy bien acogida pero no salió adelante.
Este
grupo sinodal estuvo en el origen de la Fraternidad del Oratorio, cuyo nombre
recuerda su nacimiento. Fraternidad muy marcada desde el principio por la
actividad social y caritativa (Valvanuz, voluntariado, proyecto Magnificat,
visita de enfermos y sin techo,…). Fueron los años del Proyecto de Las Conchas
que surgió en el seno de la familia marianista de Cádiz, en el que nos
implicamos con mucha ilusión y tanto nos ha marcado. Nos abrió otra ventana
para encontrarnos con el hambre, la injusticia, la pobreza, el sufrimiento.
Viento que nos empujó un poco más para enfocar nuestra vida en la instauración
del Reino.
Todo
esto nos ha marcado, hemos experimentado la presencia de Jesús entre nosotros,
nos impulsa a vivir sencillamente, descentrados de nosotros mismos y atentos a
los demás, especialmente los más necesitados.
Actualmente
nuestra vida transcurre plácidamente, con algún que otro sobresalto, pero en
manos de Dios estamos. Miembros activos de Fraternidades, de la Comunidad de Fe
San Felipe Neri, que compartimos nuestra fe especialmente en la Fraternidad del
Oratorio. En una actitud de escucha de los demás vivida y aprendida en los años
de La Aguja, prestando diversos servicios personales y colaborando con
instituciones sociales que atienden a sin techos, migrantes,… y para no olvidar
Guatemala que tanto nos marcó echamos una mano a Martín Valmaseda en un
proyecto de Cauce de y al Proyecto del P. Sergio
Estamos
trabajando para que el Sueño de Jesús se haga realidad
Descripcion de la fotografía de izquierda a derecha.P. Martin Valmaseda, Juan García de Paredes, Maricarmen, P. Rafael Delgado (Marianistas)
3.- La tierra que soñó
Jesús (Juan)
Entonces
Jesús se puso a soñar:
Si
el proyecto de Dios se hubiera
realizado
como él quería, ¿cómo
habría
sido este mundo?
Y
su sueño se va forjando en el silencio
de
sus 30 años en el taller de Nazaret.
Se
imagina un mundo nuevo que
tiene la forma de un gran puente hecho
con
las manos de los hombres que
habitan
este mundo.
Un
mundo nuevo donde los hombres
se
aman de verdad, hasta dar la vida
unos
por otros, si es necesario.
Un
mundo donde los que ocupan los
primeros
puestos son los servidores
de
los demás.
Un
mundo donde los más importantes
son
los pequeños, los inútiles,
los
ignorantes, los enfermos, los ancianos...
Un
mundo donde las cosas buenas
se
hacen casi a escondidas y no para
ser
vistos por los demás.
Un
mundo donde se hacen favores y
se
ayuda sin esperar nada a cambio.
Un
mundo donde el que tiene más
comparte
con el que tiene menos, y los que
poseen
mejores cualidades las ponen
a
disposición de los menos afortunados.
Un
mundo en donde no existe la venganza,
porque
el perdón es indiscutible.
Un
mundo donde la felicidad no depende
del
dinero, sino del amor.
Un
mundo donde cada uno se esfuerza
por
cumplir su deber y trabajar para que
los
demás sean más felices.
Un
mundo donde la violencia es imposible,
porque
nadie se considera ofendido ni tiene
nada
que disputar con los demás.
Un
mundo donde reina Dios, que es
lo
mismo que decir que reina el amor.
Y
Jesús se dijo: --- ¡ Esto, es posible ¡
Colaboración de Juan García de Paredes.