LA MANIPULACIÓN DE LA SOCIEDAD
La historia, el arte y la religión se manipulan para cambiar la realidad de hechos y personajes, a favor de causas políticas y sociales. El ser humano actual, dice el escritor Francis Schaeffer, es un manipulador que tergiversa la verdad para conseguir sus fines. Actualmente lo vemos en el manipuleo del lenguaje, del cine y la televisión; de la religión cristiana y la Biblia con la aparición de versiones arregladas al gusto de escritores y editores interesados.
LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA
La historia como tal
siempre ha presentado problemas, pero a medida que el concepto de veracidad se
ha ido perdiendo, la erosión del lindero entre la historia y la fantasía que el
autor desea presentar como historia para sus propios fines se ha ido
fortaleciendo como instrumento de manipulación.
[...] Tal vez la ilustración más clara sea la constituida por Lutero, obra de teatro escrita por el dramaturgo inglés John Osborne. Esta obra le dio a su autor mucha fama, pero no era más que una distorsión de la historia, especialmente al final, donde Martín Lutero es desafiado por Staupiz, el anciano que se supone había dirigido el convento de donde Lutero saliera: “Cuando estabas ante la Dieta de Worms..., ¿por qué solicitaste aquel día de plazo para meditar tu respuesta?” Lutero
reflexiona y dice: “No estaba seguro”. Staupitz hace mutis. Lutero toma su tierno hijo de los brazos de su madre y se queda solo con el niño, hablando suavemente: “Tenemos que acostarnos, ¿verdad? Un poquito, y me verás. Eso fue lo que Cristo dijo, hijo mío. Y espero que así vuelva a ser. Así lo espero. Esperémoslo así, ¿verdad? Esperemos que así sea.” Se apagala luz y baja el telón final. El crítico teatral del London Times dijo: “¿No es interesante que Osborne hubiese de añadir esas frases para hacer un drama moderno? Lutero no hubiera dicho tal cosa jamás. La certidumbre de Lutero, basada en la Biblia, se arroja por la borda con una maniobra sutil, poniendo en su boca palabras falsas que millares han tomado como auténtica historia. He aquí una distorsión de un hecho, la destrucción de los ideales cristianos y de la base protestante por la manipulación
de la historia. Donde hemos visto mucha manipulación en el arte del cine es en las adaptaciones de historias tomadas de la Biblia. En El Heraldo 240 presentamos una crítica a la más reciente película sobre el“Éxodo” porque se manipula hasta la exageración la historia original.
Otro perfecto ejemplo es Hawai, de Michener. Aquí,bajo el aspecto de verdadera historia se presenta un panorama adverso del cristianismo, manipulando así la mente del lector. Lo mismo ocurre con Soldados, de Rolf Hochhuth, obra en la que se distorsiona la figura de Churchil. No existe la mínima evidencia de que Churchil hiciera matar a un general polaco, a pesar de lo cual, Hochhuth, utilizando la personalidad de Churchil, ha logrado manipular con tremenda fuerza.
contra todo concepto de autoridad o poder. Quienes acuden a presenciar este drama salen con la seguridad de que Churchil era un sinvergüenza, y que no se pue- de confiar en nadie que esté en el poder.
La manipulación de la religión
La manipulación está introducida ya en todo, y en ningún sitio más que en la teología y la religión liberales. La teología moderna, con su lenguaje religioso, toma los nombres de Cristo y de Dios, o las otras grandes palabras del cristianismo, y las convierte en banderas de altas motivaciones, pero vacías de contenido. El que quiera manipular no tiene más que tomar la bandera y marchar en la dirección que guste, y se supone que los demás hemos de seguirle.
Tal vez la ilustración más clara de este aspecto de la manipulación sea la llamada ética de situación. La moralidad de Cambrige, que sigue a la teología de Cambrige, dice que es cristiano dormir con una chica si ella lo necesita. Pero no usan la palabra “cristiano”, sin otra más enfática que significa “a la manera de Cristo”, o “hacer lo que Cristo haría”, y al aplicar este apelativo a cualquier cosa se despierta en el oyente el deseo de moverse en esa misma dirección sin notar que, al hacerlo, se viola la ética sexual de Jesús mismo.
No me sorprendería en
absoluto que en el futuro incluso el comunismo manipulase a sus pueblos a bases
de términos religiosos en lugar de hacerlo con el ateísmo. Creo que ya se ven
señales de esto en lo que han estado diciendo los distintos teóricos marxistas no
rusos. Entre tanto, aquí en Occidente estamos ciertamente abiertos a la más
completa manipulación a base de términos religiosos sin sentido. No se trata de
una teoría: recordemos que Julian Huxley, el ateo, lleva años sugiriendo que se
use la religión para tal fin.
Al tomar lenguaje y símbolos cristianos, los movimientos sociales actuales alineados con la izquierda contrarios al cristianismo- están vaciando de contenido cristiano palabras como “amor” y símbolos como el arco iris.
La presión ecológica le abre la puerta a la manipulación por medio de la religión de distinto modo.
Muchos están diciendo que hemos de aceptar un concepto panteísta si queremos contrarrestar el proceso ecológico, con lo que se sugiere el panteísmo, no como verdad, sino como medio de manipulación de la sociedad. Nótese que esto no está en oposición con la mayor parte de la teología liberal moderna, que se halla impregnada de tonos panteístas.
La manipulación de la pintura en los museos de pinturas de todo el mundo los visitantes se encuentran a merced de los artistas. Los adultos e incluso los niños que visitan las galerías depintura sufren una manipulación, lo sepan o no. Por mucho tiempo que contemplen cuadros como... El paso de virgen a casada, de Duchamp, no podrán comprender su contenido, pero el artistas juega con el visitante como si fuera masilla blanda para moldear. Las parejas jóvenes que contemplan los cuadros cogidas de la mano tendrán mayores dificultades para oponerse a sus deseos cuando salgan de allí. Se manipula con el hombre punteándole la razón.
Debemos notar cuidadosamente que al abandonar el control de la razón, hecho tan universal en estos días al aceptar la idea de la incomunicación entre los estratos superior e inferior, facilitamos todas estas formas de manipulación y permitimos que sean más completas.
Sin duda Schaeffer se asombraría cómo sus observaciones han sido sobrepasadas con el advenimiento de la Internet y los celulares. Ahora ya no hay necesidad de acudir a los museos y cines para ser manipulado: basta con poseer un móvil o celular.
(Tomado de Francis Schaeffer. La iglesia al final del siglo XX.
Ediciones Evangélicas Europeas. Barcelona, 1973. Pp 125-129)