Nuestras preferencias deben ser…
No el poder, sino
la humildad
No la diversión,
sino la conversión.
No la burla, sino el humor.
No el
racionalismo, sino el <<misterio>>.
No la mediocridad,
sino la santidad.
No la
introspección, sino la contemplación.
No la riqueza,
sino la pobreza.
No el purismo,
sino la inocencia.
No el <<mal
menor>>, sino la justicia.
No el <<bien
común>>, sino el <<bien de todos>>.
No la
interpretación, sino la palabra.
No la prudencia,
sino la caridad.
No el abuso de los
bienes, sino el uso de los bienes.
No el fanatismo,
sino la fe.
No la opresión,
sino la libertad.
No el Hombre, sino
el hombre.
No dios, sino Dios.
No el
egocentrismo, sino el humanismo.
No la institución,
sino el Espíritu.
No una Iglesia
instalada en el mundo, sino <<perseguida>>.
No el absurdo,
sino el <<misterio>>.
No la separación,
sino la comunicación.
No mi voluntad,
sino la voluntad del Padre.
No la
contemplación de uno mismo, sino el olvido.
No yo, sino el
<<Cuerpo Místico>>.
No el acomodo en la
verdad, sino buscar la <<verdad>>.
No el desprecio o
el odio, sino el <<amor>>.
No la fuerza del
rico, sino la <<debilidad del pobre>>.
No la evasión,
sino la participación.
No el
individualismo, sino la <<comunión>>.
No el mal, sino el
bien.
No el príncipe de
este mundo, sino el <<Creador>>.
Palabras para el Silencio