"Tengo fe en las
personas que están detrás de cada arma. Y de esa manera trato de ser parte del
diálogo, la mediación de conflictos. Yo siempre digo que el silencio de las
armas no es el problema: el problema es cómo quedó la persona que mataba y, ahora
que no tiene arma, ¿con qué otra cosa va a cambiar su vida?". En este
vídeo, la líder indígena y activista Rigoberta Menchú Tum reflexiona sobre cómo
se construye la paz.
Rigoberta Menchú Tum, la
nieta de los mayas, nació a la orilla del bosque nuboso de Chimel (El Quiché,
Guatemala), donde la tradición ancestral se transmitía de generación en
generación, en contacto directo con la madre naturaleza. También nació en un
momento histórico de discriminación racial, violencia, tortura y muerte que
sufrió su familia y determinó su futuro como líder indígena y activista.
En 1992 fue reconocida
con el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en la primera mujer indígena en
recibirlo. Su objetivo ha sido la defensa de valores para la construcción de
una ética de paz mundial, a partir de la diversidad étnica, intergeneracional y
cultural. "Me convertí en parte de la lucha de los defensores de derechos
humanos en América Latina. Y alzamos la voz, rompimos el silencio, dimos un
mensaje para el mundo. Este es un Premio Nobel que representa la memoria
histórica de los pueblos indígenas, que representa a las mujeres y eso soy
yo", reflexiona. Su trabajo en defensa de los derechos humanos ha sido
destacado con su nombramiento como embajadora de buena voluntad de la UNESCO y
el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998. Entre los
libros que ha escrito y donde refleja su vida y pensamiento destacan: 'Me llamo
Rigoberta Menchú, y así me nació la conciencia', 'Rigoberta: La Nieta de los
Mayas' y 'El vaso de miel', donde reúne leyendas mayas.