Bendigo al Señor en
todo momento (Salmo 33)
Bendigo al Señor
en todo momento,
siempre encuentro un
argumento
para alabar y cantar a
Dios.
Vean qué bueno es el
Señor.
Ha sido bueno conmigo
en todos mis caminos.
¡Qué bueno es el Señor!
Noto siempre su
presencia,
delicada providencia.
¡Qué bueno es el Señor!
Hasta escucho sus
silencios
que me hablan de misterio.
Por la luz de su
palabra,
siempre nueva y
encarnada,
bendigo al Señor.
Por su gran
misericordia,
que llena toda mi
historia,
bendigo al Señor.
Por el pan de
eucaristía,
que me alimenta y da
vida,
bendigo al Señor.
Por la sangre y por el
agua,
que purifican y sacian,
bendigo al Señor.
Por la madre, por
María,
mi esperanza y mi
sonrisa,
bendigo al Señor.
Por la multitud de
hermanos,
en mi corazón
agavillados,
bendigo al Señor.
Por los humildes, pobres y enfermos,
de Cristo sacramentado,
bendigo al Señor.
Se ha acercado a mi
vida
entró de lleno en mi
vida,
me ha transformado la
vida:
Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Me llevó siempre de la
mano,
me bendijo, puso sobre
mí su mano,
me guarda en la palma
de su mano:
Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Alentó sobre mí su
Espíritu,
me enciende y guía su
santo Espíritu,
me embriaga su santo
Espíritu.
Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Los Otros Salmos
Colaboración de Juan García de Paredes.