COMUNICADO
LXXVI DEL CÍRCULO DE SILENCIO DE CÁDIZ
19
de Octubre de 2022
Comenzamos nuestro Círculo de Silencio con una noticia muy reciente, concretamente del día 14 de octubre de este año. La oficina del Defensor del Pueblo, que dirige Ángel Gabilondo ha avanzado sus primeras conclusiones sobre lo sucedido en el perímetro fronterizo de Melilla, cuando intentaron el salto a la valla fronteriza unas 470 personas el pasado 24 de junio y fallecieron 23 en el intento según fuentes oficiales, y 37 personas según fuentes que trabajan sobre el terreno.
En el informe, el
Defensor del Pueblo señala que “ no consta que en el rechazo en frontera de 470
personas en Melilla se tuvieran en cuenta garantías legales nacionales e
internacionales”.
En este sentido, El
ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha mostrado este lunes su
confianza en la “prevención” junto a Marruecos para evitar un nuevo “ataque violento”
de migrantes a la valla fronteriza que da acceso a Melilla. Y ha destacado que
la relación es “absolutamente estrecha, firme y real, con lo cual solo se puede
generar tranquilidad”. Pero, ante estas declaraciones y después de saber en el
informe emitido por el Defensor del Pueblo, ¿cómo, y a qué precio, se puede
garantizar la inexistencia de un nuevo ataque violento ?, ¿Quién dejó morir a
seres humanos tumbados en el suelo sin atención médica adecuada? ¿Quién
entregaba a posibles refugiados desde Melilla a policías marroquíes sabiendo
que iban a ser maltratados? ¿Quién mantiene cerradas las oficinas de asilo y
refugio en Melilla sabiendo que no hay manera de buscar protección en España si
eres sudanés o de Mali, como no sea saltando la valla y arriesgándote a morir
en un camino eterno por África?.
Y la necesidad
imperante de salir de países en guerra o huir de la hambruna sigue. Hasta final
de agosto del presente año fueron rescatados 1.407 inmigrantes en 187 pateras
en la provincia de Cádiz intentando cruzar el Estrecho según los datos
facilitados por la Subdelegación del Gobierno.
Cabe destacar que el
mayor número de personas interceptadas se produjo en el mes de agosto, siendo
un total de 71 embarcaciones las que intentaron alcanzar las costas gaditanas.
En un momento en que el Vaticano a través del prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano, el cardenal Czerny, ha instado a acabar con “la narrativa Negativa” sobre los migrantes y ha criticado las políticas que “levantan barreras financieras” y los países que -aunque gozan de más recursos- “impiden o retrasan el acceso de los recién llegados a la educación”.
Y no podemos dejar de
lado el dato que siempre nos hiela el corazón y que ojalá nunca nos deje
indiferentes: en las últimas semanas unas 138 personas han desaparecido en la
ruta canaria en distintas embarcaciones. 138 corazones rotos, 138 almas que
perdieron sus “no vidas” por buscar simplemente una vida. 138 proyectos de vida
de las que dependían muchas más “no vidas” dejadas en sus países de origen a la
suerte de que su proyecto migratorio llegara a buen fin.
En medio de tanta
tragedia sumergida no podemos hacer otra cosa que velar siempre para que estos
hechos no nos dejen indiferentes. Es signo de humanidad el que sintamos dolor y
angustia ante tanta tragedia, pero también rabia por saber que con otras
políticas migratorias reguladas y dignas estas muertes de tantos y tantos
jóvenes no se hubieran producido.
Amigos, comienza
nuestro tiempo de silencio.
MESA
DIOCESANA DE ATENCIÓN Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y
REFUGIADOS
DE
CÁDIZ Y CEUTA.
Canto a la libertad -
Labordeta
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.
Haremos el camino
en un mismo trazado,
uniendo nuestros
hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
gritando libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
Para un pan que en los
siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el
otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los
matojos
surgiendo la verdad,
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Colaboración de Juan García de Paredes.