Palabras a Voleo: LOS MANDADOS Y LOS INSPIRADOS
Martín Valmaseda-
Los trabajos que realizamos en nuestra vida las personas, son de dos tipos por obligación y por inspiración.: Por obligación porque forma parte de su profesión, o de su vida, como el bombero que va a apagar un fuego o los padres que se ocupan del bienestar de sus hijos.
Pero también hay acciones que sin que nadie nos llame, nos sale del corazón echar una mano; como cuando nos encontramos un niño perdido en la calle o vemos que a la vecina de al lado se le quema la casa y agarramos cubos de agua antes de que vengan los bomberos, el complemento de la acción de los encargados con la de los voluntarios crea una sociedad fraternal.
Deshace la fraternidad la pasividad de los que se inhiben ante necesidades. Alguien ve a un chiquitín que se soltó de la mano de su mamá y se va a meter entre los automóviles pero el inhibido no se preocupa, ¡como no es mi hijo.!..Al contrario existe el metijón, el que cuando alguien está cumpliendo un deber se mete por medio a decirle lo que tiene que hacer o a hacerlo en su lugar sin saber de qué se trata.
Una sociedad que
funciona es la que
todos se sienten
responsables de lo
suyo pero también sienten suyas
las necesidades del vecino.
Recordamos la pregunta del
doctor de la ley, a Jesús ¿Y
quién es mi
prójimo?. Tenemos demasiados
prójimos y no nos damos
cuenta. Los prójimos no son solo
el vecino de al lado sino la sociedad de
al lado que está sufriendo la injusticia
o el abandono, el emigrante, el barrio
sin escuelas que
los vecinos, también
los que tienen
hijos en el colegio se tendrían
que sentir llamados a exigir al ayuntamiento...
Quienes tenemos una opción espiritual
también somos responsables
de una comunidad. En la iglesia están también los mandados
y los inspirados.
LOS MANDADOS, no solo los sacerdotes sino catequistas encargados de alguna misión, comunidades de laicos... pero además existen LOS INSPIRADOS, quienes podríamos llamar los profetas que son conscientes de lo que esa comunidad podría hacer no solo dirigentes y levantar la voz para que la comunidad salga de la pasividad o de actitudes injustas.
Les voy a decir algo que les va extrañar porque es fuerte. Ese tal Jesús de Nazaret que para los cristianos es la orientación de nuestra vida no era un MANDADO, un sacerdote del templo sino un vecino de pueblo que sintió en su corazón la llamada del Padre celestial, que no está en los cielos sino en la tierra, en los enfermos y pobres, ignorantes y suficientes ,,, de los que los sacerdotes no se preocupaban... y por eso a Él, como a muchos otros profetas los mataron, los mandados. Los que tenían insignias y poder.
El sacerdote y el profeta a
veces son uno solo, como el Papa Francisco, Monseñor Romero, y
Gerardi, los jesuitas asesinados en
El Salvador, Juan
Pablo I, y tantos
más.
Si en nuestras tierras hubiera más profetas aunque menos sacerdotes y en nuestros países menos políticos profesionales pero más líderes populares que se ocupasen de su tierra y de su gente, iría muchos mejor en toda la tierra, y en todas las iglesias, mezquitas sinagogas... menos vocaciones de "MANDADOS" y más de "INSPIRADOS" aumentaría la paz y felicidad en esta bolita llamada mundo.