78 COMUNICADO CIRCULO
DEL SILENCIO
Empezamos nuestro
Círculo de Silencio recordando la celebración del Día de los Derechos Humanos
del pasado 10 de diciembre.
En 1948, la Asamblea
General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos,
un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden
a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión,
sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición. Está disponible en más de 500
lenguas y es el documento que más se ha traducido en todo el mundo.
El racismo y la
tolerancia están presentes en todas las sociedades, y no solo dañan la vida de
quienes lo padecen, sino también a la sociedad en su conjunto. Todos perdemos
en una sociedad en la que existe racismo, discriminación, división,
desconfianza, intolerancia y odio.
Pero lejos de ir
construyendo un mundo más justo, los derechos humanos están siendo cada vez más
quebrantados en cuanto a lo que se refiere a las personas migrantes.
En los últimos dos años
hemos experimentado una nueva forma de ataque que utilizan algunos países,
consistente en el bombardeo con rehenes humanos, vulnerando todos sus derechos.
En la actualidad,
algunos países están utilizando los flujos migratorios como arma arrojadiza a países
vecinos limítrofes para conseguir otros fines, y se percibe como los seres
humanos en tránsito entran a formar parte de un juego geopolítico y económico.
Esto ha sucedido de manera reiterada en Estados Unidos, donde un Estado como Florida ha enviado a cientos de personas sin documentos a otros departamentos del país que gozan de políticas de acogida más humanas.
Se trata de golpear a
un país causando una entrada incontrolada de inmigrantes. Lo practicó
Bielorrusia para frenar la solidaridad vecinal con sus opositores y Rusia podría
intentar generar un éxodo descontrolado para disuadir la ayuda europea a
Ucrania.
España lo vivió con
Marruecos, que en Mayo de 2021 permitió la llegada a Ceuta de más de diez mil jóvenes.
Desde ese día, reconducir las relaciones con el país vecino se convirtió en una
prioridad estatal. La búsqueda del apaciguamiento pasó por encima del plan para
el Sáhara occidental, las revelaciones sobre espionaje en altas esferas, e
incluso tiñó la respuesta, intragables,
del Gobierno español tras la tragedia de junio en la valla de Melilla en la que
murieron al menos 23 inmigrantes en un salto masivo.
El recién nombrado Gobierno de Meloni en Italia acaba de pactar con Grecia, Turquía y Malta para rechazar el desembarco de náufragos en sus puertos y dirigir el punto de mira contra las organizaciones de salvamento marítimo, que son las únicas que hacen una valiosa labor al rescatar de la muerte a cientos de condenados.
Es un claro ejercicio
de deshumanización en sus hojas de ruta, que comienza por ignorarlos cadáveres en
el fondo del Mediterráneo, y que sigue con lograr no indignar demasiado a los
ciudadanos con los cuerpos de sudaneses amontonados en el suelo de la valla de
Melilla.
Es una vuelta de tuerca
más para seguir dando vida a un sistema egoísta, basado en el yo primero.
Y para que estas
crueles acciones no se vean mal vistas, se hace necesario desarrollar
paralelamente falsos discursos para ir despojando a la población de acogida de
sus valores innatos y propios que como seres humanos nos caracterizan, como la empatía,
la caridad, o la compasión por el otro. Consiste en ignorar de modo olímpico
los problemas del resto del mundo. No hay otro plan que el disimulo, la formulación
de una nueva teoría del despiste consistente en que mirar para otro lado no
parezca forzado, sino fruto del peso de tantas y tantas preocupaciones como ya tenemos
de por sí.
Por eso es necesario en
estos tiempos celebrar los días asignados en el calendario que nos hablen de
dignidad y de derechos humanos, para que no se nos olvide que esta forma de
vida, esta cultura del descarte no tiene porque seguir así, porque además,
nunca ha sido así, y que en la medida en que cada uno de nosotros, en la
familia, en el trabajo, con los amigos, y en general en todos los círculos
sociales, seamos capaces de mantener viva y de trasmitir esa esperanza de que
otro mundo es posible, le estaremos plantando cara a los intereses de unos
pocos por controlar los recursos y bienes comunes que a cada ser humano le
corresponde en igualdad, por el simple hecho de haber nacido hijos de Dios.
Amigos, comienza nuestro
Círculo de Silencio.
MESA DIOCESANA DE ATENCIÓN Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y
REFUGIADOS
DE CÁDIZ Y CEUTA.