MARTÍN VALMASEDA
NACER:
Es que ninguno de nosotros ha nacido de la nada. Hemos nacido todos de nuestro papá y mamá y ellos a su vez, de los suyos. Todos los papás y mamás que han existido en la historia y la prehistoria, se fueron formando en la materia que ya existía en sus papás y mamás respectivos. Así hasta Don Adán y Doña Eva, según cuenta la Biblia. Que además cuenta que el primer ser humano se formó de un puñado de arcilla que Yahvé recogió por las orillas del río Tigris y sopló para que tuviera vida. Por eso los primeros apellidos que todos los humanos tenemos son "barro fuuuu." Barro por la materia de que estamos hechos y "fuuu" por el soplo de Dios que nos dió el espíritu.
Yo una vez quise firmar en un documento con los apellidos de mis primeros padres en vez de mis papás inmediatos, Puse Martín Barro Fuuu pero me dijeron que no valía.Luego, ya más mayorcito me fui enterando de que un jesuita, un tal Lemaitre, que sabía de biblia pero también de cosmología, dijo que el mundo no se hizo como dicen los libros sagrados, que eso es una narración mítica, simbólica. Sino que la creación se hizo de un chispazo, de una formidable explosión que los sabios llamaron big bang, casi como un golpe de tambor en la orquesta de jazz big band. Esa gran explosión de un punto más pequeño que una punta de alfiler hizo que toda, todita la materia que hoy existe: estrellas, piedras, hierba, bosques microbios, insectos, tiburones, serpientes elefantes, monos y hasta los mismísimos mujer y hombre habían nacido de esa chispa brutal.
Algo de eso dijo Lavoisier "La materia ni se crea ni se destruye, solamente se transforma".
Deduje que
mi primer apellido
y el de
todo ser era ese: señor big
bang; pero no me atreví a
firmar con ese
nombre; si ponía Martín
Big Bang seguro que
no me lo
aceptaban.
Y ahora
que llegan las
navidades y todas
las ciudades y pueblos
cristianos están llenos de nacimientos, con
un chiquitín que
acaba de nacer (hace muy poco dos mil años y pico)
al que llamamos
hijo de Dios, yo me
pregunto si no le podremos
llamar Jesusito Bigbanito.
Es que
parece ser que
cuando creció ese tal Jesús
intentó producir otra gran explosión, un
mundo nuevo en aquella época lo
llamaban reino totalmente distinto al
tinglado que hemos
montado la humanidad; que
salió aquí en
esta tierra de las torpes manos de los
hijos de Don Adán y
Doña Eva. Realmente
lo que el
chaval al ir
creciendo empezó a
decir era algo explosivo. Por eso
lo mataron y, peor; por eso
los que nos decimos,
sus seguidores hemos hecho, con
aquellas frases explosivas, algo que
no es "ni
chicha ni limoná " con sus
palabras y la asamblea que organizaron
sus seguidores, la ekklesia, la
hemos convertido muchas ocasiones en
mangas y capirotes
o sea en ceremonias
y mitras. Seguimos
diciendo "felices los
pobres" pero nos agarramos
a quien puede subvencionarnos. Hablamos
de paz pero de vez
en cuando organizamos alguna guerra "santa" y cuando
alguno de nuestros dirigentes intenta
volver a la vida explosiva
del niño que
re-nació en este mundo
se enojan con
el hasta sus ayudantes
cercanos.
Pero el nuevo big bang sigue ahí explotando en mucha gente humilde y echada palente que procura ir renaciendo en un portal humilde, no solo en navidad sino en cualquier lugar y momento donde hagan falta explosiones de paz y amor.