La humanidad se ha
convertido en un arma de extinción masiva.
Mientras la población
humana ya supera los 8 mil millones de personas, el resto de seres vivos están
desapareciendo. Ya hemos destruido dos tercios de los bosques tropicales del
mundo, la mitad de los arrecifes de coral, y un millón de especies corren el riesgo
de caer en el olvido.
Los próximos 6 días son
absolutamente críticos para el futuro de la vida en la Tierra.
Ahora mismo, los
gobiernos y la comunidad científica se encuentran negociando el borrador final
de un nuevo acuerdo internacional para detener la destrucción de la naturaleza
– pero existe el peligro de que acabe siendo un texto débil y con muchas
lagunas.
Literalmente, tenemos
pocos días para asegurarnos de que nuestros mandatarios hagan caso a la ciencia
y nos ofrezcan un acuerdo lo suficientemente ambicioso como para marcar un
punto de inflexión para la vida en la Tierra. Nuestro equipo está sobre el
terreno, dejándose la piel en esta labor crucial – ¡y tu apoyo urgente podría
potenciar su trabajo!
Si 40 mil personas
hiciéramos una pequeña donación, podríamos presentarnos con las voces de los
pueblos indígenas, los científicos y millones de ciudadanos y ciudadanas en los
salones del poder donde se celebran estas cumbres. Nos enfrentaremos a los
causantes de la contaminación y a los cazadores ilegales, y presionaremos a las
autoridades para que hagan lo que el planeta les está pidiendo a gritos.
Te lo prometo: lucharemos
con todas nuestras fuerzas.
Porque la Tierra ya no
puede esperar. Por las abejas, las aves, los peces y cada uno de los hilos que
conforman este frágil entramado que es la vida – únete a este clamor
ensordecedor por el planeta.
Más de 100 gobiernos tienen la intención de proteger el 30% del planeta para 2030, pero los científicos dicen que no es suficiente. Debemos proteger la mitad de la Tierra para permitir que la naturaleza se regenere y salvar los sistemas que sustentan la vida en nuestro planeta – y necesitamos un acuerdo mundial que ponga en marcha medidas concretas.
Nuestro equipo ha
estado luchando con uñas y dientes para darle forma a este tratado, y ahora
mismo se encuentra en esta cumbre internacional. Pero nuestro presupuesto está
en un punto crítico y todavía hay demasiados mandatarios posicionados a favor
de los causantes de la contaminación, debilitando el acuerdo.
¡Necesitamos una marea
ciudadana que salve la vida en la Tierra! Y podemos comenzar ahora mismo -- si
fuéramos suficientes las personas que hiciéramos una pequeña donación,
podríamos:
Unir fuerzas con
activistas y científicos clave y así ejercer la máxima presión sobre los
líderes mundiales, tanto en estas negociaciones como en las que vendrán.
Asegurarnos de que las
voces de los pueblos indígenas estén en el corazón del debate sobre la
protección de la naturaleza – no podemos defender la vida en la Tierra sin
garantizarles los derechos sobre sus territorios y sus hogares.
Dejarnos la piel en la
cumbre con una campaña relámpago en medios de comunicación, acciones
contundentes y avalanchas en redes sociales para presionar a los gobiernos que
estén saboteando las propuestas más ambiciosas y el futuro del planeta.
Trabajar con numerosas
celebridades de todo el mundo para amplificar nuestro llamamiento a los
políticos y que estos se comprometan a preservar al menos la mitad de nuestro
planeta para 2030 y a restaurar nuestra relación con la naturaleza.
Seguir impulsando la
lucha de Avaaz por defender ecosistemas vitales, asegurándonos de darle espacio
a la naturaleza para recuperarse y defender nuestro hogar común mientras aún se
pueda.
En última instancia, se
trata de nuestra supervivencia. Aunque el planeta se esté marchitando, las
motosierras, las excavadoras y los causantes de la contaminación siguen
adelante, destrozando el planeta y convirtiéndolo en una tundra estéril y sin
vida.
Lo que le pasa al mundo
natural, nos pasa a todos nosotros. No estamos separados de la naturaleza,
formamos parte de ella. Estamos conectados a los mismos árboles, ríos y mares
que estamos destruyendo. Pero no es demasiado tarde: todavía podemos cambiar de
rumbo. ¡Actuemos juntos por la Tierra con la que soñamos!
Con una esperanza
intensa y una determinación inagotable,
Mike, Marigona, Adela,
Kaitlin, Camille, Bert y todo el equipo de Avaaz