En su opinión, China no
es una amenaza, sino la esperanza para un mundo multipolar en el que todos
puedan vivir mucho más tranquilos. | Foto:
El autor viajó a varias
regiones, provincias y ciudades de China como Xinjiang y Shenzhen para conocer
de primera mano los temas que quería contar. En cuanto a los supuestos
genocidios en Xinjiang, García rechazó tales acusaciones basadas en datos
recopilados de Internet y que "no se basan en ninguna situación real ni en
un trabajo de campo".
"En Xinjiang se
respeta la cultura uygur, se enseña el uygur en las escuelas, hay medios de
comunicación en ese idioma. La población uygur ha crecido un 16 por ciento en
los últimos diez años, o sea, ha crecido tres veces lo que la media nacional
china", mencionó García.
Al ser preguntado sobre
las medidas chinas contra la COVID-19, García afirmó que "para nada han
sido violaciones a los derechos humanos" y enfatizó que la reciente
optimización de la respuesta a la pandemia ha salido en el momento en el que el
virus es menos agresivo y se disminuye notablemente el peligro de que haya
muchas muertes.
"Si consideramos
que la prioridad de cualquier Gobierno debe ser salvar la vida de su población,
de sus habitantes, la política china ha sido a todas luces efectiva. Ha habido
muchísimos menos muertos en China que en los países occidentales y, sobre todo,
que en EE. UU.", consideró García.
En lo que se refiere a la lucha contra la pobreza, el autor opinó que es la principal preocupación de todos los ciudadanos del mundo. De acuerdo con los datos oficiales, en los últimos 40 años, China ha conseguido sacar de la miseria a unos 770 millones de residentes rurales, lo que representa más del 70 por ciento de la reducción de la pobreza global.
Sobre el tema
ecológico, García era consciente de que en el mundo se tiene "la imagen de
China como un país muy contaminante", sin embargo, en su investigación
concluyó que "es justo lo contrario".
"China ha cambiado
totalmente su modelo de desarrollo económico, ha pasado de un modelo de
desarrollo centrado en el crecimiento por encima de todo, sin importar las
consecuencias, a uno mucho más ecológico, a uno que tiene mucha consideración
al medio ambiente", acotó García.
Recordó que el país
asiático "está haciendo la transformación energética y se ha convertido en
líder en energías renovables, en movilidad eléctrica, en coches eléctricos, en
reforestación, además de los proyectos de las ciudades esponja".
García atribuyó los
admirables logros a la "revolución pragmática" que ha liderado el
Partido Comunista de China (PCCh) y calificó la manera de hacer la política de
"muy peculiar y característica de los chinos".
"El PCCh
experimenta diferentes soluciones para cualquier problema que se le plantea,
pone en marcha proyectos piloto en diferentes ciudades sobre medidas que quiere
aplicar, y las experimenta. Las que funcionan mejor son las que se adoptan y
las que no van bien se rechazan", explicó García.
En su opinión, China no
es una amenaza, sino la esperanza para un mundo multipolar en el que todos
puedan vivir mucho más tranquilos, comerciando con todo el planeta, dedicando
sus energías y recursos a mejorar la vida de su población en lugar de al
enriquecimiento de unos pocos, e intercambiando bienes, conocimiento y cultura,
en lugar de armas y bombas.
"China no tiene
intención de imponer su visión a los demás, podría convivir con todos en el
mundo multipolar, mucho más pacífico y justo, y mucho mejor para el
mundo", concluyó García.
teleSUR