Comenzamos nuestro
Circulo de Silencio recordando que hoy 8 de febrero, la iglesia celebra la
Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de personas, con el
lema: «Caminando por la dignidad». Nos invita a seguir en camino, con un
horizonte que nos debe hacer no desfallecer. Se trata de caminar por la
dignidad de toda persona, donde nadie quede atrás, especialmente aquellas cuya
dignidad ha sido agredida, dañada, violentada.
Se trata de una jornada
de oración tanto por las víctimas así como por aquellos y aquellas que
permanecemos indiferentes ante esta lacra.
Pero también se trata
de una jornada para la reflexión y la toma de conciencia de la gravedad de este
tema. La trata de seres humanos es una grave violación de los derechos humanos,
por lo que tenemos que reafirmar nuestro compromiso en su defensa.
La complejidad de este
crimen condena a las personas a la invisibilidad, lo que favorece la indiferencia
ante este problema, y dificulta el acceso a las víctimas y la persecución del delito.
Actualmente se calcula que aproximadamente 2’5 millones de personas están siendo explotadas como víctimas de la trata de personas. El 70% son mujeres y niñas que están siendo explotadas con fines sexuales, con un paulatino descenso en su edad media, siendo la franja de edad más representativa de entre los 18 y los 33 años, y el 30% restante corresponde al tráfico de personas para la explotación laboral, comercio de órganos u otra forma de esclavitud. Mayoritariamente las víctimas proceden de África y Asia. Es una realidad, con frecuencia vinculada a la migración.
El abuso de situación
de necesidad o vulnerabilidad de la víctima se ha consolidado en los últimos
años como el medio más frecuente en la trata sexual, llegando a alcanzar en 2021
al 60% de las víctimas. El engaño, ya sea en el tipo de actividad a realizar o
en las condiciones de la misma, estuvo presente en un 46% de los casos.
Cabe destacar que más
de la mitad del total de investigaciones contra la explotación sexual se
centraron en viviendas particulares, dando como resultado que 1 de cada 3
víctimas estaba siendo explotada en estas localizaciones especialmente
invisibles, confirmando el creciente uso de este tipo de ubicaciones.
No podemos cerrar los
ojos o mirar para otro lado. Ciertamente debemos exigir a los gobiernos que
asuman sus responsabilidades, pero también debemos crear conciencia social,
porque el abuso de poder y de autoridad también se da entre nosotros y nosotras
con los inmigrantes que viven en nuestras ciudades y pueblos. No está tan lejos
de nosotros y nosotras como pensamos.
Para luchar contra esta lacra, muchas son las personas que se sienten motivadas a comprometerse en este viaje, visibilizando esta realidad, concienciando y sensibilizando, creando equipos de trabajo, haciendo red con otras entidades, mostrando a la sociedad el drama de la trata y promoviendo la implicación de todos ya que, cada uno de nosotros, desde el lugar en el que se encuentre, puede ser un agente de transformación y cambio.
Estamos convocados a
proteger, amparar con la misericordia y la justicia a las personas víctimas de
explotación sexual, laboral, mendicidad forzada, tráfico de órganos, adopciones
ilegales, personas forzadas a matrimonios o actividades delictivas.
Para ello debemos,
RECONOCER los procesos
que llevan a personas a la trata,
DESCUBRIR caminos de
cuidado, inclusión y empoderamiento, unos caminos desde el corazón que ama, se
siente tocado, y se entrega por quienes sufren y son tratados injustamente.
PROMOVER acciones
contra la trata de personas.
CONSTRUIR una cultura
del encuentro, que nos acerque a la realidad que viven las personas que son o
han sido víctimas de trata.
Erradicar la trata, si
hablamos en serio, exige crear conciencia social acerca de la auténtica dimensión
e implicaciones del fenómeno en nuestra economía. Exige cambios radicales de modelo
de negocio y de modelo productivo; cambios radicales en nuestro sistema económico.
Exige la adopción de medidas reales a nivel internacional para luchar contra la
explotación laboral severa y la esclavización. La protección de los derechos
laborales a nivel internacional y la garantía de condiciones de trabajo decente
a nivel global (estándares mínimos internacionales). Y de ello apenas se habla
cuando hablamos de trata.
Tengamos también
presente en el día de hoy a todas las víctimas del terremoto que han sufrido
nuestros hermanos y hermanas de Siria y Turquía. Ya son más de 11.200 fallecidos.
Este terremoto se ha
producido en la frontera entre estos dos países, y teniendo en cuenta la
situación de guerra que lleva sufriendo Siria, muchos de los fallecidos han
sido migrantes y refugiados que huían de esa situación de terror.
Amigos comienza nuestro Círculo de Silencio.
MESA DIOCESANA DE ATENCIÓN Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS DE CÁDIZ Y CEUTA.
Colaboración de Juan García de Paredes.