Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

15 de febrero de 2023

Del Congo a Sudán: África en la muerte y en la vida. Con Francisco y Masabo

El Papa Francisco ha visitado el Congo y sigue en Sudán del Sur, en un viaje marcada por miles, millones, de muertos en guerras, en gran parte inducidas desde fuera, a fin de mantener un dominio neo-colonial de aquellas tierras.

De África vinimos los humanos. En África se  decide nuestra suerte futura, como dice Francisco, como me decía Masabo, el africano de los Lagos, en su tesis, hoy más actual que nunca, tras veinte años de falsa paz.

Con ella puedo y quiero interpretar el viaje de Francisco, lo que hemos hecho y debemos hacer con África y por África. 

03.02.2023 | X.Pikaza


Una guerra que muchos quieren acallar

La guerra empezó antes de la colonia con el tráfico de esclavos; siguió durante la colonia, con el dominio sobre inmensas poblaciones sometidas a las potencias extranjeras… Y sigue todavía, este mismo año 2023, como está diciendo con voz recia Francisco Papa.

El tema no son solo las grandes potencias neo-coloniales, USA y China, Francia, Inglaterra, sino las grandes compañías mercantiles, ávidas de oro y de metales ricos que el mundo “más rico de avaricia” necesita para mantener sus privilegios.

Es difícil entender todos los entresijos de esta guerra. El Papa habla claro, pero la “gran prensa”, manejada por el dinero de los que se aprovechan de las guerras de África, guarda un gran silencio. No le conviene airear las miserias de la que provienen la riqueza de sus lectores y oyentes.

Vamos a recordar aquel genocidio, en el entorno del Congo: A lo largo de tres meses, entre el 7 de abril y el 4 de julio de 1994, fueron exterminados en Ruanda más de 800 000 hombres, mujeres y niños, niños simplemente por ser de otra etnia distinta… y porque convenía mantener a la zona esclavizada, sin fuerza para oponerse al saqueo que se avecinaba. Algo semejante pasó en Burundi y en toda la zona de los Grandes Lagos (Congo, Tanzania...), a lo largo de cuatro larguísimos años de sangre y de muerte (1993-1997), con cinco o seis millones de asesinado.

Tres tribus o “comunidades” de personas habitaban en la zona desde antiguo: Hutu, Tutsi y Twa (pigmeos, no-hombres). Mejor o peor habían convivido durante siglos. Pero en los últimos años del siglo XX las relaciones grupales se volvieron cada vez más tensas, a causa del enfrentamiento de los grupos tribales y también por el choque cultural impuesto por las potencias coloniales (Bélgica, Francia, Inglaterra) y sobre todo (last but not least) por los intereses económicos  de las nuevas grandes potencias económicas, necesitadas de metales ricos. Las causas no fueron ni son  unívocas, ni del todo claras, y en otros lugares al parecer más “civilizados” se dieron también genocidios (Alemania y URSS, China y Camboya, Turquía y Croacia…), pero el de los Grandes Lagos ha sido especialmente duro. Fuerzas de muerte cruzaron la zona, matando de un modo sistemático a grupos inmensos de población (hutus a un lado, tutsis a otros, con los Twa negados como siempre).

He tenido la suerte de conocer a  Masabo Damase, natural de Burundi, superviviente de la masacre (mataron a casi todos sus familiares, él mismo estuvo al borde de la muerte). Masabo elaboró y defendió, bajo mi dirección, una notable tesis doctoral, en la Facultad de Teología de la U. Pontificia de Salamanca, titulada: El drama de los Grandes Lagos (1993-1997). Esbozo de una teología bantú del sufrimiento (Salamanca 28 del VI de 2001). (Texto on line en https://summa.upsa.es/details.vm?q=id:0000014185&lang=es&view=main)

Con ligeros retoques, la tesis se publicó en Roma (Monte Carmelo 3, año 2006). Ahora, pasados 30 años de los acontecimientos y más de veinte de la defensa de la tesis de Masabo, quiero presentar un esbozo de la misma, para recordar y situar el tema, en el contexto del vieja del Papa Francisco a otros lugares de África marcado también por el egoísmo y robo sistemáticos de los grupos más ricos.

.1. Masabo, Damase. Un hombre

Masabo tenía la tesis ya perfilada el año 1998-1999, poco después de de la gran matanza, de la que fue testigo privilegiado... Yo mismo le animé a que pasara un tiempo en África, para entrar mejor en la temática... Desgraciadamente, las circunstancias de violencia y persecución seguían vivas, de manera que no pudo hacer un trabajo directo de campo y estudiar las consecuencias del conflicto en las personas más afectada, , a través de testimonios inmediatos.

Pero se ha mantenido en contacto con la realidad de los Grandes Lagos, a través de personas, instituciones y estudios teóricos, de manera que él es es hoy uno de los mejores conocedores de la cultura bantú (común a tutsis y hutus) y de las implicaciones religiosas (cristianas), sociales y económicas del tema (dentro de la gran responsabilidad de los poderes comerciales y económicos).

Un problema múltiple.

Las potencias coloniales (en incluso muchos hombres de Iglesia) pensaron que la zona de los Grandes Lagos era un “terreno sin dueño, sin propietarios legítimos, sin verdadera cultura. Así se creó en gran parte una “iglesia colonial”, en situación de “protectorado”, como si los “africanos” fueran salvajes sin sabiduría, niños sin madurez… Mientras tanto, las potencias coloniales, bajo capa de presencia civilizadora, podrían “robar y robar”, creando una situación insostenible de enfrentamientos sociales.

Para elaborar su tesis Masabo empezó estudiado la antropología bantú, y pude descubrir con gran sorpresa, el alto grado de humanidad y de equilibrio sapiencial de esa cultura. Él podría haber escrito su tesis doctoral en esa perspectiva religiosa y social originaria, estudiando los hechos históricos e interpretándolos a partir de la cultura Bantú....

Así hubiera elaborado una tesis de fenomenología e historia de las religiones, pero también de teología, juzgando desde la misma cultura africana el robo de las potencias occidentales y la ceguera de la gran “teología colonial” de protestantes y católicos, con la muerte planeando al fin sobre una larga historia de misión colonial. Hubiera sido una tesis importante, un juicio sobre la teología católica (sobre la iglesia y la sociedad católica y protestante) desde los valores de la cultura bantú y desde el sufrimiento de su gente.

Ese hubiera sido el mejor camino de la tesis, pero no me atreví a pedir (a exigir) a Masabo que lo desarrollara, porque habría encontrado dificultades en un contexto europeo, como el nuestro, habitado por gentes que se creen superiores a los pobres, incultos y peligrosos africanos que quieren venir a nuestros puertos y costas en patera, sin ser recibidos.

 Por otra parte, ese trabajo hubiera resultado también incompleto, pues el conflicto de los Grandes Lagos no ha sido sólo un choque entre dos etnias que se han establecido en la zona en los dos últimos milenios (hutu y tutsi), sino porque ha estado marcado por otros actores ya indicados, entre ellos, de manera muy intensa la política internacional  y la economía arara y depravada de un primer mundo que sigue en la cola de la verdadera humanidad.

El Drama de los Grandes Lagos nos sitúa ante un conflicto y juicio múltiple, que puede y debe interpretarse desde diversas perspectivas. Es claro que un día alguien tendrá que hacer la tesis que yo entonces “buscaba” (cómo los bantús de África pueden y deben juzgar a los “civilizados” colonos europeos y a los “buenos” ministros de las iglesias coloniales). Hoy me atrevería a destacar ese momento del conflicto.

 

Pero entonces pensé (por Masabo y por la Facultad de Teología) que era mejor seguir un método más convencional, destacando el carácter intercultural del conflicto, poniendo de relieve, desde ese fondo, la aportación de la cultura bantú. Por eso, quise que la tesis se moviera en estos tres niveles:

Quise que Masabo estudiar la cultura Bantú, con sus aportaciones y sus límites... Desde una perspectiva tradicional, la cultura bantú ofrece grandes valores, pero tiene  también limitaciones, pues no ha logrado  una verdadera integración étnica. De todas formas, en el fondo de la misma cultura bantú podían y pueden encontrarse elementos para una integración pacífica de los grupos étnicos; pero esa integración ha estado dificultada por un tipo de misión cristiana proteccionista, que no ha logrado entrar en el entramado vital de los dos grupos principales de bantúes de la zona.

 Masabo analizó muy bien la aportación del cristianismo católico, con sus valores y sus deficiencias... La presencia cristiana  en la zona los Grandes Lagos ha sido masiva, a lo largo del último siglo, pero no ha tenido tiempo o capacidad (ni deseos verdaderos) de fecundar  aquella  cultura de paz, Nuestro cristianismo de importación ha sido a veces superficial, que no ha llegado a la raíz de la vida de las poblaciones,  a las que ha pintado con un barniz teñido de infantilismo... Por otra parte, el cristianismo de las Grandes Potencias coloniales y del resto del Primer Mundo no ha ofrecido un rostro modélico de concordia..., sino todo lo contrario.

 Finalmente, Masabo pudo interpretar (en clave indirecta) la política real de las potencias europeas y después el robo del capitalismo Internacional, tanto en tiempos de la colonización como en tiempos posteriores... En esa línea puso de relieve los problemas internos de las dos grandes etnias... no ha querido escribir una tesis xenófoba, acusando a las potencias coloniales y financieras. En esa línea, en algunos momentos da la impresión de que carga demasiado las tintas en la problemática interna de los grupos africanos, como si “la culpa” fuera sólo de ellos... Pero, en el fondo, leyendo la tesis entre líneas, ella eleva una inmensa protesta contra los poderes coloniales y contra el mismo estilo de Iglesia que se impuso en la zona

Una teología e Iglesia enferma, Cam y los negros

 

Dentro del análisis bíblico de la historia, resulta sorprendente la pervivencia e influjo del “mito camita”. Yo conocía bastante bien ese mito, a través de la literatura protestante anglosajona (americana) del siglo XIX, que intentaba justificar así (con la maldición de Cam en Gen 9, 18-29) la inferioridad de la raza negra, como si allí se dijera para siempre que Cam (=el mundo negro) tuviera que estar sometidos a los “blancos” (semitas más morenos y jafetitas más flancos). 

Posiblemente, los católicos no han destacado igual que los protestantes el falso mito bíblico de la maldición e inferioridad de Cam (de los negros). Pero en su conjunto la Iglesia católica ha seguido siendo “colonial”, ha tratado a los negros (hutus y tutsis) como inferiores, dignos de ser colonizados… Más aún, en su forma latina (o anglosajona o alemana), la Iglesia católica (y las iglesias protestantes) han tomado a los africanos, de hecho, como una raza inferior, les han colonizado desde fuera, no han entrado en la trama de su vida.

Masabo no ha querido insistir en este tema, por respeto a una facultad de teología de la Europa colonial, por respeto al tribunal que debía (deníamos) que juzgar su tesis. Pero en el fondo de ella se eleva, con toda claridad, un lamento dirigido al tipo de “colonización religiosa”, que ha mantenido a los “negros” en situación inferior (en el plano litúrgico y teológico, en el plano de los ministerios y de la administración eclesial).

Ellos, los católicos (cristianos) de Ruanda y Burundi, mayoritariamente bautizados y “dirigidos” por clérigos extranjeros, eran como un grupo al que se debe dirigir desde fuera, “como auténticas ovejas”, pero en el mal sentido de la palabra… Lógicamente, ellos no pudieron recrear el cristianismo desde su propia cultura, y así quedaron en manos de una colonización religiosa extranjera, que (finalmente) les abandonó bajo los poderes financieros extranjeros…

 

Masabo no lo dice claramente (no se atrevió a decirlo), pero en el fondo de su tesis viene a expresarse la certeza de que la guerra y las matanzas de tutsis y hutus fueron en el fondo promovidas por potencias coloniales y, sobre todo, por lod intereses financieros que parecían cristianos. ¡Que se maten entre sí! parecían decir las grandes potencias y los poderes financieros, así podremos decir que son salvajes y al final convertirnos en dueños de sus bienes.

Una teología del sufrimiento en perspectiva bíblica, un camino con rodeo (págs 188-222).

Resultaba claro que Masabo no podía desarrollar expresamente sus tesis desde la perspectiva anterior, aunque ella estaba latente en todo su discurso. Por eso nos pusimos de acuerdo para centrar su trabajo en una visión del sufrimiento desde una perspectiva bantú y cristiana. De esa forma, la tesis acabó siendo académicamente muy documentada, pero sin entrar de verdad en los problemas reales. La responsabilidad es mía, pues fui yo quien dirigió su trabajo, pensando que era lo mejor para qué consiguiera su doctorado, un doctorado muy bueno (muy digno), con sobresaliente o matrícula en el plano formal, pero sin entrar en la última causa del gran drama. Éstos son algunos de los temas y momentos de su tesis:

5. El sufrimiento y dolor en el conjunto de la biblia.

El doctorando ha ofrecido un buen resumen de la visión bíblica del sufrimiento, entre las páginas 151-158... En este campo no ofrece demasiadas novedades, sino que asume y expresa eso que pudiéramos llamar la “condición humana”, tal como viene marcada por una situación de pecado. Estas páginas han querido ser una respuesta a la problemática anterior, son un desmontaje del argumento de Cam, una visión fundamental del sentido genérico del dolor en la experiencia bíblica. 2. El sufrimiento humano. Visión cristiana Ésta es la parte central de la tesis... El autor ha invertido el orden tradicional (con toda intención) y empieza presentando la problemática cristiana para pasar a la “teología bantú” del sufrimiento. Esta parte constituye una teodicea de tipo social y político, de gran  (págs 188-222). Analiza el tema desde la perspectiva teológica estricta, más que desde la eclesiología. Deja algunos temas abiertos, entre los cuales quiero destacar dos que constituyen uno de los centros de la teología actual

(1) Falta una visión política del tema del sufrimiento..., tema que a mi juicio no ha sido desarrollado todavía de forma convincente por la teología católica, que no ha sido capaz de entrar con libertad y claridad ni siquiera en el gran holocausto (soah) del 1939-1945, perpetuado en los holocaustos de África.

  (2) Falta una relectura de la “Populorum Progressio”... En algunos momentos nos da la impresión de que estamos ante una Populorum Regressio, aunque esta palabra “regressio” suele tomar otros matices...

Teología bantú del sufrimiento. Los muertos de los Lagos nos juzgarán (págs 222-283).De un modo significativo, Masabo quiso (y yo quise con él) que la palabra definitiva la tuviera una “teología bantú del sufrimiento”,capaz de iluminar el tema de la Biblia y de juzgar la actitud y la misión de la misma iglesia católica en la zona de los Grandes Lagos. Éste es el corazón y, éste es el núcleo de la tesis. La tradición bantú es capaz de situarse (de situarnos) ante la gran tragedia de los Lagos, juzgando no sólo a sus propios muertos (confesando la culpa del pueblo bantú), sino también a la Teología Oficial de la Colonia por su participación indirecta en el genocidio.

No fue sólo (ni principalmente) un genocidio bantú, sino un genocidio alimentado por la ideología colonial, por la intromisión de las Grandes Potencias y, de un modo especial, por la complicidad de la Economía Mundial, a la que interesaba (e interesa) la muerte entre los “negros”, para así “lavarse” las manos y dominar mejor las grandes riquezas de la zona. Hutus y tutsis habían dominado por siglos en la zona, logrando establecer equilibrios frágiles, pero duraderos. Se podía pensar que la presencia de la Iglesia Católica (y de las iglesias cristianas) ayudarían a los diversos grupos de bantúes a buscar la paz y a pactar, en un camino de concordia universal (católica). Pero la iglesia católica no supo o no pudo impulsar verdaderamente un camino de paz… y las “potencias civilizadoras” trajeron muerte a la zona, desembocando en la dictadura del gran capital, al que no interesa la vida de los hombres y los pueblos, sino su muerte (para mejor triunfo del dinero).

Ciertamente, se mataron entre sí los “negros”, de un grupo y de otro, en guerras y persecuciones de magnitudes dantescas, en un reino de pura muerte… Pero detrás estaba y sigue estando el poder de los intereses de un dinero que prefiere dividir y matar para elevarse sobre todos.

Conclusión

Masabo Damase defendió su tesis como he dicho el 28 del VI del 2001, atreviéndose a decir, de un modo velado, que la culpa del drama la tuvieron no sólo los grupos étnicos de la zona, sino también la misma evangelización colonial, y sobre todo la política y economía de las grandes (enanas) potencias coloniales y el (des-)orden económico mundial.

Se atrevió a decir, también veladamente, que serán los muertos de los Grandes Lagos los que nos acusarán a “nosotros”, los que vivimos y nos aprovechamos, representantes de los poderes fácticos, causantes de aquellas muertes, y de otras que continúan.

Masabo siguió diciendo  veladamente, que la teología oficial de los colonizadores no era (ni es) capaz de entender aquel inmenso sufrimiento… Pero que puede surgir, que está surgiendo, un nuevo tipo de teología africana, de fondo bantú, que nos ayudará a comprender la marcha de la historia, desde la cruz y la resurrección de Cristo, hecha carne en la historia de los bantús vencidos, ajusticiados, masacrados.

Por eso he querido decir que los muertos de los Grandes Lagos, sacrificados hace treinta años por intereses de un capitalismo mundial asesino, se levantarán y nos juzgarán. Esa fue y sigue siendo la aportación más clara de la tesis de Masabo, que tuve el honor de dirigir, y que se publicó en Roma el año 2006. Desde aquí le deseo un buen trabajo, en fecundidad personal y paz interior, en medio de la gran tormenta de su entorno vital.

 

Algo esto ha querido decir y ha dicho el Papa Francisco… Han pasado 30 años de aquellas muertes, por los inocentes siguen muriendo, sin que la gran prensa se interese por ellos, porque en el fondo piensa que mejor que mueran.

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