Naufragios trágicos, en la ruta migratoria a Canaria.
Helena Maleno Garzón
Confirmamos con dolor
la muerte de setenta personas, en dos naufragios en la ruta Canaria. Entre las
victimas doce criaturas que no superaban los ocho años de edad.
Descansen en paz las víctimas,
y nuestro pésame a las familias. La frontera sigue matando de una forma
despiadada.
“Morían de hambre y
frío durante los siete días que pasamos en el mar. Las dos gemelas fallecieron
en los brazos de su madre, luego ella también se fue”.
“He perdido a mi hijo,
tal vez hubiera sido mejor haber muerto yo también, porque este dolor es
insoportable. No tengo ni su cuerpo para enterrar.”
“No nos llevaron al
hospital, nos detuvieron y nos deportaron al desierto. Me pegaron mucho los policías, porque querían que señalara a los capitanes, pero no estaban, habían muerto.”
VIGILIA DE ORACIÓN CONTRA LA TRATA DE PERSONAS
Como cada mes de
Febrero, en la festividad de santa Josefina Bakhita, desde hace ya nueve años,
nos unimos a toda la Iglesia, acogiendo la invitación del papa Francisco, para
orar especialmente por las víctimas de la trata y para pedir que cese esta
violencia y esclavitud.
El lema de este año nos insta a caminar y a comprometernos en la defensa de la dignidad humana, a denunciar, evidenciar y manifestarnos en contra de la “explotación que vulnera la dignidad de la persona”.
Acogemos en nuestro
corazón a quienes, tratando de huir, con la esperanza de obtener seguridad y
trabajo, se encuentran a merced de leyes para proteger migrantes que son
inadecuadas e injustas, y acaban fácilmente enredadas en las redes tejidas por los
traficantes.
Oramos por la
conversión de los traficantes, cuyo número sigue aumentando, mientras se incrementa
también el uso de las nuevas tecnologías para reclutar y explotar, atrayendo a
posibles víctimas a través de las redes sociales, o de falsas ofertas de trabajo
en internet.
Como Iglesia situada en
la frontera, queremos practicar la justicia evangélica, amar con ternura y
caminar humildemente con Dios, que hace camino de sanación.
Nos sentimos Iglesia en
comunión, en salida. Iglesia comprometida, llamada a transitar, con la fuerza
del Espíritu, por las distintas fronteras que llevan a nuestros hermanos y hermanas
a los márgenes, y acompañar procesos de liberación.
Acogemos en nuestra
oración a quienes en las fronteras generan víctimas, dolor, sufrimiento,
implicándonos por la transformación de la sociedad para que sea la Casa Común
que Dios nos ha regalado y nos pide que cuidemos.
Silencio orante
Texto
Bíblico: Mt 20, 29-34
Una gran multitud
seguía a Jesús cuando él salía de Jericó con sus discípulos. Dos ciegos que
estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron:
- Señor, Hijo de David,
¡ten compasión de nosotros!
La multitud los
reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza:
Señor, Hijo de David,
¡ten compasión de nosotros! Jesús se detuvo y los llamó- ¿Qué queréis que haga
por vosotros? – Señor, queremos recibir la vista.
Jesús se compadeció de
ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron.
Palabra de Dios
“Abre nuestros ojos”,
para reconocer nuestras cegueras ante las situaciones de dolor, de trata, de
vulneración de derechos, de dignidad pisoteada, y ayúdanos, Señor, a mirar
desde el corazón.
Te lo pedimos, Padre, por Jesús, hecho humanidad comprometida con el dolor, y la Ruah, fuerza transformadora, presente en el mundo por los siglos de los siglos. AMÉN
Colaboración de Juan García de Paredes.